En el último año, el escenario económico global se ha visto marcado por un regreso claro de la incertidumbre. El pulso comercial entre grandes potencias como Estados Unidos, China y la Unión Europea ha traído consigo una escalada de tensiones que se refleja en todos los indicadores relevantes: desde la volatilidad del dólar hasta los movimientos repentinos en los índices bursátiles.
No es solo cuestión de titulares. Según datos recientes del FMI, la economía global avanza a menor ritmo que hace una década, y el comercio mundial de bienes cayó un 1,2 % en el último trimestre analizado. Las amenazas de nuevos aranceles y el endurecimiento de las barreras comerciales no solo han elevado la preocupación entre los analistas, sino que también han forzado a bancos e inversores a replantear sus estrategias.
Las anécdotas de empresas que han visto frenados sus proyectos por la imposición de nuevos aranceles empiezan a ser habituales en los despachos de banca privada. Uno de los ejemplos más recientes fue el caso de una firma europea de componentes tecnológicos que, tras la introducción de gravámenes al acero importado, tuvo que renegociar contratos a toda prisa para evitar pérdidas millonarias. Este tipo de situaciones se ha multiplicado en los últimos meses y da pistas sobre un futuro marcado por la adaptación constante.

Estrategias frente a los aranceles: el papel del Banco Santander y la diversificación consciente
En este contexto, el consejo de Banco Santander destaca por su enfoque preventivo. Lejos de adoptar una postura reactiva, la entidad apuesta por anticiparse a los posibles escenarios derivados de la política arancelaria. No es casual que, según fuentes del sector, muchos gestores ya estén aplicando filtros específicos de sensibilidad arancelaria antes de recomendar cualquier activo a sus clientes.
De hecho, la diversificación consciente se ha convertido en un mantra: no basta con repartir inversiones por tipo de activo, sino que ahora la clave está en hacerlo por exposición geográfica y sectorial a los riesgos comerciales.
El análisis actual de Santander incluye modelos de riesgo ajustados a la volatilidad inducida por los aranceles. Así, las carteras defensivas ganan peso, privilegiando sectores como la salud, los servicios financieros o las utilities, mucho menos expuestos a los vaivenes de las importaciones.

En paralelo, no se pierden de vista las oportunidades cíclicas que pueden aparecer en industrias locales favorecidas por la reducción de la competencia extranjera. Por ejemplo, tras la imposición de aranceles sobre bienes tecnológicos asiáticos, varias empresas europeas han visto crecer su cuota de mercado interno de manera significativa.
La gestión activa, combinando activos defensivos con selectas apuestas cíclicas, permite a los bancos posicionarse de forma más estable y aprovechar ventanas de oportunidad, especialmente en países donde las políticas nacionales impulsan la producción local o la sustitución de importaciones.
Cómo adaptan los grandes bancos las recomendaciones a los inversores
Los bancos líderes, entre ellos el propio Santander, han intensificado la formación y el análisis sobre el impacto directo e indirecto de los aranceles en cada sector. Los equipos de inversión no solo evalúan las cifras, sino que también estudian la flexibilidad operativa de las empresas ante posibles cambios regulatorios y fiscales. La clave, hoy, es la capacidad de anticipación y adaptación.

En la práctica, esto se traduce en carteras donde los fondos sectoriales defensivos se complementan con participaciones en empresas locales de crecimiento estructural. Al mismo tiempo, se emplean vehículos de inversión como ETFs adaptados al riesgo geográfico. Los bancos también recomiendan revisar periódicamente la sensibilidad arancelaria de los activos en cartera, ajustando posiciones ante cualquier cambio en la política internacional.
En palabras de un alto directivo del sector, “la gestión del riesgo arancelario ya no es una cuestión táctica, sino estructural”. Los asesores coinciden en que identificar la exposición de cada inversión, comprender la cadena de suministro y anticipar los movimientos regulatorios son factores decisivos para preservar el rendimiento en un mundo donde la geopolítica ha recuperado un papel protagonista.
Principales recomendaciones y estrategias de inversión
La recomendación de Santander no es solo una respuesta coyuntural, sino una hoja de ruta que otros actores del sector ya han comenzado a seguir: anticiparse a los cambios, diversificar conscientemente y reforzar el análisis sectorial. Solo así es posible sortear con éxito el nuevo entorno marcado por los aranceles y mantener la rentabilidad a largo plazo, incluso en tiempos de máxima incertidumbre.