Cada año, cuando se acerca la festividad de Sant Jordi, los hornos de toda Catalunya se ponen manos a la obra para hornear uno de los productos más emblemáticos y simbólicos de esta celebración: el pan de Sant Jordi. Su forma, su sabor y su historia lo convierten en uno de los favoritos del público catalán junto con las monas de Pascua o los buñuelos de Cuaresma. Pero no todos los panes son iguales. La competencia por alzarse con el título de mejor pan de Sant Jordi es feroz, y el jurado lo tiene cada vez más difícil.
Este 2025 no ha sido la excepción. El certamen, en su octava edición, ha vuelto a reunir a los mejores panaderos del territorio con un mismo objetivo: coronarse como el horno que mejor representa esta joya gastronómica de la identidad catalana. Año tras año, el concurso ha ganado en prestigio y repercusión, motivando a los participantes a cuidar cada detalle, desde los ingredientes hasta la presentación final.
Un horno centenario que respira historia y pasión
En esta edición, la emoción estaba servida desde el primer momento. Varios nombres conocidos del sector se presentaban con propuestas innovadoras, pero también fieles a la receta tradicional. Lo que pocos imaginaban era que el ganador no sería un recién llegado ni una gran cadena, sino un horno familiar con una larguísima trayectoria.
Hablamos de un establecimiento que lleva más de un siglo de historia sirviendo pan, bollería y pasteles artesanos. Una panadería con raíces mallorquinas que, generación tras generación, ha sabido mantener la esencia del oficio, sin dejar de adaptarse a los tiempos. Su local, ubicado en una de las calles más céntricas de una ciudad muy ligada a la cultura catalana, es punto de encuentro de vecinos y gourmets.
Desde sus inicios en 1922, sus responsables han cultivado con mimo el arte de hacer pan. Detrás del mostrador, cada día se puede encontrar pan recién hecho, bollería tradicional, pasteles selectos y platos caseros elaborados con productos de mercado. Todo con un trato cercano, una atención personalizada y un compromiso inquebrantable con la calidad.
Constancia, dedicación... y una victoria muy esperada
Este horno no es nuevo en estas lides. Sus responsables ya se habían presentado en cinco ocasiones al certamen del mejor pan de Sant Jordi. Siempre rozaban el podio, pero les faltaba ese toque final, esa pizca de magia que los llevara hasta lo más alto. Este año, finalmente, han conseguido lo que tanto anhelaban.
Y fue gracias al trabajo conjunto de dos apasionados panaderos: Andrés Jarque y Alberto Piedra. Ambos reconocen que no hay secreto especial más allá del esfuerzo y la constancia. A veces se necesita algo de suerte, pero sobre todo “muchas horas, mucho cariño y no rendirse nunca”.
¿Y quién ha sido el ganador del VIII Concurso del Mejor Pan de Sant Jordi de Catalunya 2025? Pues ni más ni menos que el Forn Bertran Mar, en el corazón de Badalona. Una victoria que reconoce no solo su receta deliciosa, sino su legado centenario.