Los hurtos y los robos en los supermercados de nuestro país son habituales. Igual que en todos los comercios. De hecho, cada año se calcula que se pierden millones de euros por esta práctica y los negocios abiertos al público ya asumen estas pérdidas en sus previsiones de ingresos y gastos. No obstante, toman medidas para intentar que esto no suceda, como poner vigilantes o aumentar las alarmas de seguridad.
En el supermercado Bonpreu Esclat de Pi Margall, en Barcelona, un usuario ha denunciado en sus redes sociales que ha visto como diferentes productos, en este caso, queso, estaba precintado con una caja para evitar su sustracción. La sorpresa no es el control de seguridad, sino en este tipo de producto, lo que significa que la situación es más grave que nunca.
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Normalmente vemos otro tipo de productos con dispositivos de seguridad adicionales. Vinos, licores, embutidos, anchoas... Pero no quesos con precios por debajo de los tres euros. También era más frecuente ver este tipo de prácticas en otros supermercados, no en el Bonpreu Esclat, donde se presume que acude un público más familiar.
Las alarmas en los productos: una práctica cada vez más frecuente
La práctica de colocar alarmas o dispositivos de seguridad en los productos surge como una medida preventiva contra robos y hurtos en establecimientos comerciales. A continuación se describe cómo funciona y por qué es beneficiosa tanto para el comercio como para los clientes:
Lo más importante es la prevención disuasoria. Al ver que un producto tiene una etiqueta, sensor o dispositivo de seguridad, el potencial ladrón sabe que hay un sistema de control instalado. Esto puede disuadir el intento de sustraer la mercancía. La presencia de antenas de detección y de personal de seguridad que vigilan los accesos y salidas del local también refuerza este efecto disuasorio.
¿Cómo funcionan? En muchos casos, se colocan etiquetas (tags) que contienen un circuito electrónico o un pequeño imán y que son detectados por arcos de seguridad o sensores ubicados en las entradas o salidas de la tienda. Si un cliente intenta abandonar el establecimiento con una etiqueta sin desactivar, los sensores emitirán una alerta sonora o luminosa para notificar al personal de seguridad o al personal de la tienda.
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Cuando un cliente compra el producto, el personal de caja utiliza un dispositivo para desactivar o retirar la etiqueta de seguridad. Si el cliente sale con una etiqueta sin desactivar por error o sin pagar, las antenas de seguridad activarán la alarma.
La importancia de reducir pérdidas
Estas medidas contribuyen a disminuir las pérdidas económicas asociadas al hurto. Menos robos se traducen en mayor rentabilidad para la tienda, lo que puede incidir en una mejor gestión de precios y promociones. Gracias a estas alarmas, el personal de seguridad puede detener a las personas que intenten sacar productos sin pagarlos, o bien puede detectar más rápidamente conductas sospechosas.