La Seguridad Social ha lanzado un anuncio que provoca inquietud entre los beneficiarios de ayudas públicas. Con efecto inmediato, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) implementa modificaciones en la elegibilidad para la Renta Activa de Inserción (RAI), un subsidio vital para ciertos sectores de la población en búsqueda activa de empleo.
Este cambio afecta principalmente a individuos mayores de 45 años, quienes, tras agotar sus prestaciones por desempleo y otras ayudas, habían encontrado en la RAI un soporte económico de hasta 480 euros mensuales por un periodo de 11 meses, con posibilidad de extensión. La ayuda también beneficia a víctimas de violencia, personas con discapacidad severa y emigrantes retornados, siempre que cumplan con los criterios establecidos por el SEPE.
Los cambios
Bajo las nuevas normativas, se cierra la puerta de la RAI a aquellos que perciban prestaciones de la Seguridad Social superiores al 75% del Salario Mínimo Interprofesional, es decir, más de 810 euros. Además, aquellos que enfrenten condenas de prisión superiores a seis meses verán incompatible su situación con la recepción de la ayuda, dado el requisito de búsqueda activa de empleo.
¿Cómo volver a aceeder a la ayuda si se pierde por estos motivos?
A pesar de la rigidez de estas medidas, el SEPE ofrece un rayo de esperanza para recuperar la ayuda. Los afectados podrán reingresar al programa RAI tras demostrar una nueva situación de desempleo, agotamiento de prestaciones previas y cumplimiento de los requisitos iniciales.
Otra de tantas modificaciones que convierte a España en un infierno burocrático
Este anuncio no solo cambia el escenario para muchos desempleados sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de la asistencia social en el país.
Con este cambio normativo, el SEPE busca - según sus propias palabras - una distribución más eficaz de los recursos, asegurando que el apoyo llegue a quienes más lo necesitan. No obstante, es la enésima modificación en un sistema bastante complicado que suele provocar dudas entre los usuarios. Algo habitual en lo que se podría considerar el "infierno burocrático" de España.