La Cooperativa Agrícola de El Prat de Llobregat estrena el sello comercial 'Calçots del Prat' para comercializar sus calçots. Se trata de una estrategia para posicionar e identificar este producto de kilómetro cero entre el resto de calçots que llegan al mercado. Un producto, aseguran desde la cooperativa, fresco y sostenible que llega al mercado pocas horas después de ser cosechado sin pasar, como otros, por una cámara frigorífica.
Los agricultores que los cultivan recuerdan que la tierra del Parque Agrario del Delta del Llobregat, rica en minerales y de gran fertilidad, garantiza hortalizas de gran calidad.
8. Els calçots del Parc Agrari del Baix Llobregat
Uno de los productos más emblemáticos de Catalunya
Los calçots son una variedad de cebolla tierna y dulce, típica de Cataluña, España, especialmente de la región de Valls, en Tarragona. Se caracterizan por su largo tallo blanco, que puede alcanzar más de 25 cm de longitud, y su sabor suave y ligeramente dulce. Los calçots son no solo un alimento, sino también el centro de una tradición cultural y gastronómica catalana conocida como la "calçotada".
Propiedades nutricionales
Los calçots son ricos en fibras, vitaminas (especialmente vitamina C y del grupo B), minerales como el potasio y antioxidantes. Su consumo contribuye a una dieta equilibrada, ayudando en la digestión, fortaleciendo el sistema inmunológico y previniendo enfermedades gracias a sus propiedades antioxidantes.
Tradición de las 'calçotades'
La calçotada es una fiesta gastronómica que se celebra principalmente entre los meses de enero y abril, coincidiendo con la temporada de cosecha de los calçots. Este evento social y familiar se realiza al aire libre, donde los calçots se asan a la llama viva hasta que quedan bien carbonizados por fuera.
Luego, se envuelven en periódicos para que se acaben de cocer con su propio calor y se sirven sobre tejas de arcilla. Los comensales pelan la capa exterior quemada con las manos, sumergen el calçot tierno en salsa romesco o salvitxada (salsas típicas catalanas a base de tomate, almendras, avellanas, ajo, aceite de oliva y otros ingredientes) y lo comen de un bocado, inclinando la cabeza hacia atrás.
Otras formas de consumirlos
Aunque la calçotada es la manera más popular y tradicional de disfrutar de los calçots, existen otras formas de incorporarlos en la cocina. Se pueden preparar a la parrilla, al horno, en tempura, o incluso incluirlos en sopas y cremas. Su sabor suave y dulzón los hace versátiles para combinar con una amplia variedad de platos, desde entrantes hasta guarniciones.
Los calçots ofrecen una experiencia culinaria única, arraigada en la tradición y el sabor. Su celebración a través de las calçotadas no solo destaca la importancia de este producto en la gastronomía catalana, sino que también fomenta la unión y el disfrute en comunidad, haciendo de la comida una verdadera fiesta.