El mal aliento, o halitosis, es un problema común que afecta la vida social y la autoestima de quienes lo padecen. Sin embargo, la nutricionista Boticaria García explica que no siempre es simplemente una cuestión de higiene bucal deficiente. En su análisis, destaca cómo ciertos olores específicos en el aliento pueden ser indicadores de problemas de salud más profundos. Entender las causas del mal aliento es el primer paso para combatirlo y adoptar medidas efectivas que ayuden a mantener un aliento fresco.
Boticaria García menciona que algunos olores característicos pueden estar relacionados con enfermedades específicas. Por ejemplo, un aliento que huele a manzana podrida o fermentada podría ser un signo de diabetes, ya que los niveles elevados de cetonas en el cuerpo pueden generar este olor característico. También puede aparecer un olor a amoníaco o a orina, que podría ser un indicio de problemas renales. Esto ocurre cuando los riñones no funcionan correctamente y las toxinas se acumulan en el cuerpo, afectando el aliento. Por último, el olor a azufre o a huevos podridos suele estar relacionado con problemas dentales como caries o infecciones en las encías, que favorecen el crecimiento de bacterias en la boca.
Consejos para evitar el mal aliento
Para deshacernos del mal olor de la bola es imprescindible mantener una excelente higiene bucal. Es esencial cepillarse los dientes al menos dos veces al día, utilizar hilo dental para eliminar restos de comida entre los dientes y usar enjuague bucal antibacteriano para reducir la cantidad de bacterias en la boca. Cepillar la lengua también es importante, ya que muchas bacterias causantes del mal olor se acumulan en la superficie lingual.
También hay que hidratarse adecuadamente, pues la sequedad bucal es una de las principales causas del mal aliento. La saliva ayuda a limpiar la boca y a mantener un pH equilibrado, evitando la proliferación de bacterias que generan olores desagradables. Beber suficiente agua a lo largo del día es crucial para mantener una buena producción de saliva. Evitar el alcohol y las bebidas con cafeína también puede ser útil, ya que tienden a resecar la boca.
Reducir el consumo de ciertos alimentos, como el ajo, la cebolla y las especias fuertes, pues contienen compuestos que se absorben en el torrente sanguíneo y se liberan a través de los pulmones, afectando el aliento. Si tienes una cita importante o evento social, reducir su consumo puede ayudarte a mantener un aliento más fresco.
Asimismo, debemos cuidar la salud digestiva. Problemas digestivos como el reflujo gastroesofágico pueden provocar halitosis, ya que los ácidos del estómago pueden llegar a la boca y generar mal olor. Si experimentas acidez frecuente o malestar digestivo, consultar a un profesional puede ser de gran ayuda para identificar y tratar posibles causas. Y, por supuesto, es importante realizar visitas periódicas al dentista: La prevención es fundamental. Realizarse chequeos regulares permite detectar y tratar caries, infecciones y enfermedades periodontales en sus etapas iniciales, antes de que se conviertan en un problema grave. Un dentista también puede proporcionar consejos personalizados y tratamientos específicos para combatir la halitosis.