Los ferrocarriles de la Generalitat catalana llevan años asentados como uno de los medios de transporte público más utilizados en el territorio. Son varias las líneas que se distribuyen a lo largo de las fronteras catalanas, especialmente en ámbito provincial barcelonés. El centro de la Ciudad Condal se conecta con otras localidades de la periferia e incluso mucho más alejadas gracias a este medio de transporte.
Además, esto no es algo nuevo, sino que viene siendo así desde hace muchos años; en algunas ciudades ya se han cumplido 100 años desde el primer paso de un ferrocarril de FGC. Sin ir más lejos, Manresa celebró el pasado 15 de octubre este centenario con la apertura de una exposición que estará abierta hasta el próximo domingo 3 de noviembre. El horario de apertura es de 10 a 18 horas, a excepción del domingo, que cierra las puertas a las 15 horas.
Con este homenaje, FGC ha querido poner en valor cómo la llegada de los ferrocarriles a la capital del Bagès "marcó el desarrollo social y económico de las comarcas cruzadas por el Llobregat y el Anoia", decían desde el Govern. "Hace cien años, la llegada del tren llevó riqueza y prosperidad a la ciudad y al territorio. Del mismo modo, tenemos que aprovechar el nuevo proyecto de FGC en Manresa para extraer todo el potencial. Estamos ilusionados con este proyecto, que será un primer paso para alargar el metro comarcal hacia el norte, a la vez que permitirá una transformación urbanística importantísima en el centro de la ciudad", proclamaba el alcalde de Manresa, Marc Aloy, en el acto de presentación.
El impacto de la llegada del ferrocarril
A finales del siglo XIX, la expansión industrial en las cuencas de los ríos Llobregat y Anoia impulsó la construcción de ferrocarriles de vía estrecha, conocidos como “carrilets”. La primera línea se inauguró en 1885 entre Manresa y Puig-reig, extendiéndose a Berga y Guardiola de Berguedà en las siguientes décadas. En 1919, se fundó la Compañía General de Ferrocarriles Catalanes, que consolidó estas líneas y comenzó a construir la conexión entre Martorell y Manresa, completada en 1924.
Durante los años veinte, la red ferroviaria de 175 km alcanzó su apogeo, facilitando el transporte de mercancías y pasajeros, y contribuyendo al crecimiento industrial de la Catalunya Central. Este sistema ferroviario se convirtió en una de las redes de vía estrecha más importantes y modernas de Europa, impulsando el desarrollo económico y social en las comarcas catalanas.