La manera en la que los españoles realizan sus compras ha experimentado una revolución silenciosa en los últimos años. Desde la pandemia, el uso de tarjetas y dispositivos móviles se ha disparado, desplazando cada vez más al efectivo en la vida diaria.
Según los últimos datos del Banco de España, a principios de 2025 las transacciones con tarjeta ya suponen un 32 % del total en comercios físicos, superando ampliamente las cifras previas a la crisis sanitaria. Además, el pago con móvil y relojes inteligentes continúa creciendo a un ritmo acelerado, multiplicando por tres su presencia respecto a hace solo dos años.
Esta evolución tecnológica ha traído consigo una comodidad innegable para el consumidor. Sin embargo, la inmediatez y la facilidad también plantean nuevos retos, especialmente en materia de control y seguridad. La posibilidad de pagar simplemente acercando la tarjeta o el móvil al terminal ha cambiado nuestros hábitos, pero al mismo tiempo exige una atención renovada para evitar errores o posibles cobros indebidos.

El aviso de BBVA y Banco Santander: revisar siempre el importe antes de aceptar el pago
Recientemente, tanto BBVA como Banco Santander han lanzado un mensaje conjunto para alertar a sus clientes sobre la importancia de ser meticulosos al efectuar pagos con tarjeta, especialmente en operaciones pequeñas que no requieren introducir el PIN.
Los bancos insisten en la necesidad de comprobar detenidamente la pantalla del TPV antes de validar la operación, ya que el sistema de pago sin contacto, especialmente para importes inferiores a 50 €, hace que el proceso sea tan rápido que el cliente podría no percatarse de un error o cargo indebido en el momento.
Esta recomendación responde a la realidad de que, en muchos casos, la costumbre lleva a los consumidores a completar el pago sin fijarse en el importe exacto. Un pequeño despiste podría dar lugar a errores de facturación, o incluso a que se efectúen cargos superiores al valor real de la compra. El problema se agrava si, además, el cliente rechaza la impresión del ticket o recibo, pensando que una transacción de pocos euros carece de importancia.

El papel del ticket y el respaldo digital: cómo protegerse de errores y reclamaciones
La función del ticket de compra adquiere especial relevancia en este contexto. Aunque puede parecer un papel innecesario, especialmente en compras de bajo importe, conservarlo supone disponer de una prueba inmediata y tangible del importe y la hora exacta de la transacción. Esta práctica resulta crucial en caso de detectar un cargo incorrecto o necesitar reclamar posteriormente. Tanto BBVA como Santander recalcan que la única manera de tener constancia física del pago es a través de ese recibo.
Por otro lado, ambas entidades ofrecen soluciones digitales para controlar los movimientos de la cuenta en tiempo real. Las aplicaciones móviles permiten consultar de inmediato el extracto de gastos, comprobar importes y horarios y recibir alertas por operaciones sospechosas. Sin embargo, la experiencia demuestra que muchos usuarios no revisan estos movimientos hasta pasadas varias horas o incluso días, lo que puede dificultar la detección y resolución rápida de incidencias.
El riesgo de fraudes en el pago digital y las nuevas estrategias de protección
En paralelo al aumento de los pagos sin efectivo, los bancos y organismos reguladores han detectado un repunte en las prácticas fraudulentas. El Banco de España, por ejemplo, ha alertado en 2024 del auge de los intentos de fraude a través de SMS y correos electrónicos que suplantan la identidad de bancos, un fenómeno conocido como “smishing”. Aunque este tipo de fraude no se limita a los pagos con tarjeta, sí pone de manifiesto la importancia de la vigilancia constante en cada transacción, sea física o digital.

Las entidades financieras, conscientes de estos riesgos, están impulsando tecnologías de control y protección cada vez más sofisticadas. BBVA y Santander han implementado notificaciones en tiempo real, sistemas de doble autenticación y nuevas herramientas de inteligencia artificial para detectar movimientos inusuales.
En el horizonte, la tokenización de pagos y la integración de la IA prometen reducir aún más el margen para el fraude y los errores, automatizando la supervisión y facilitando el bloqueo inmediato de operaciones sospechosas.
Conclusión: el usuario, primer filtro para la seguridad bancaria
El aumento de los pagos digitales aporta comodidad y eficiencia, pero exige del usuario un nivel de atención constante. BBVA y Banco Santander insisten en que el simple gesto de mirar la pantalla del TPV, conservar el ticket y consultar la app bancaria tras cada operación puede evitar problemas mayores.

La tecnología avanza a gran velocidad, pero la mejor barrera sigue siendo la prudencia y el control individual. Adoptar hábitos responsables en el pago diario marca la diferencia entre una transacción segura y un susto inesperado.