La historia de ‘La que se avecina’ es la de una serie que ha resistido modas, críticas y cambios generacionales, convirtiéndose en una auténtica referencia de la comedia televisiva en España. Cuando una ficción alcanza los 200 episodios y suma 17 temporadas, es inevitable que los rumores, regresos inesperados y alguna que otra polémica formen parte de su ADN. Sin embargo, no todos los capítulos fuera de cámaras tienen cabida en el guion de los Caballero.
El episodio borrado y el actor ausente
Pocas ausencias han generado tanta conversación como la de José Luis Gil, el inolvidable Enrique Pastor. Su salida, motivada por un grave problema de salud, marcó a los seguidores y a sus compañeros. Se habló mucho sobre su posible vuelta, alimentando la esperanza de los fans más nostálgicos. Incluso se llegó a grabar una escena cargada de simbolismo junto a Loles León, pensada como un guiño metatelevisivo al estilo de grandes finales de ficción. Pero el destino tenía otros planes y ese material se perdió, quedando como una anécdota para la historia de la serie. Los propios creadores han asegurado que esa escena, aunque emotiva, nunca tuvo vocación de ver la luz.
A la vez, otro nombre resuena con fuerza en los foros y redes sociales: Eduardo García. El joven actor, conocido por dar vida al hijo de Enrique Pastor, desapareció de la pantalla hace años tras reconocer públicamente que su vida personal se desvió por caminos complicados. Su confesión, sincera y autocrítica, llamó la atención en uno de sus recientes regresos televisivos, donde no eludió sus errores del pasado.

Palabras que cierran puertas: la reacción de los Caballero
Si algo han demostrado Alberto y Laura Caballero en estos años es que gestionan la serie con mano firme y una claridad absoluta sobre el tipo de ambiente que desean en sus proyectos. Por eso, cuando Eduardo García admitió en una entrevista su época “torcida” y se refirió en tono nada amistoso a los propios creadores, las consecuencias no tardaron en llegar.
Los Caballero han respondido de forma tajante y, aunque han mantenido el tono cordial y sin estridencias, han dejado claro que el regreso de García a cualquiera de sus ficciones es inviable. Sus palabras, cargadas de ironía y también de cierta decepción, apuntan a un daño ya irreparable. En la industria audiovisual, como en la vida, hay líneas que una vez cruzadas resultan imposibles de desandar. Eduardo García reconoció que desearía reencontrarse con la profesión, pero los hermanos Caballero no dieron pie a un posible retorno a La que se avecina.
“Después de llamarnos cocainómanos, igual está feo. Que le vaya muy bien en la interpretación y que tenga mucha suerte en su reencuentro con el audiovisual. Con nosotros, con todo el cariño del mundo, no va a ser”, dijeron.