Desde que dieron el paso definitivo fuera de la Casa Real británica, Meghan Markle y el príncipe Harry han vivido un sinfín de titulares. Sin embargo, el último “giro 180º” en su actitud ha sorprendido todavía más. Mientras Meghan da pasos hacia delante en redes, Harry parece permanecer en una zona de ligera duda… ¿qué está pasando realmente en la familia Sussex?
¿Qué pasa entre ellos?
En los últimos días, distintos expertos en Casa Real han puesto sobre la mesa un hecho llamativo: Meghan y Harry comparten escenario mediático, pero sus enfoques divergen. Según una fuente citada por medios internacionales, Meghan adopta una actitud pragmática, enfocada plenamente en su presente en California y en el bienestar de sus hijos. Harry, por el contrario, se mantiene emocionalmente anclado al pasado real y parece abierto a una reconciliación con los Windsor.
El respaldo mutuo sigue presente, pero la interpretación de su rol público y familiar ha cambiado. Mientras Meghan apuesta por la visibilidad controlada, Harry parece necesitar más tiempo para procesar las heridas familiares recientes.

Reacciones en redes sociales
Este movimiento coincide con un incremento notable en la actividad de Meghan en Instagram. El pasado 1 de enero reactivó su perfil personal sin comentarios ni 'me gustas', y desde entonces ha compartido imágenes especiales, como las dedicadas al cuarto cumpleaños de su hija Lilibet.
La respuesta de la audiencia fue positiva, en especial por las fotos íntimas con la pequeña en un barco y paseos familiares, un gesto que contrasta con su anterior hermetismo.
No obstante, esta apertura ha generado polémica. Algunos medios especulan que Harry podría sentirse incómodo por la mayor exposición de los niños, lo que pone en evidencia una nueva fuente de fricción interna elcierredigital.com. Se habla de diferencias en la estrategia comunicativa: Meghan ve una oportunidad consensuada, Harry podría estar más reacio.

¿Reconciliación con la Familia Real?
Por su parte, el príncipe Harry ha reafirmado públicamente su deseo de reconciliación con la familia real británica, reconociendo en una entrevista recientes “muchos desacuerdos y diferencias” con algunos miembros. Su discurso sugiere que, aunque la herida sigue abierta, sigue habiendo esperanza de acercamiento.
Sin embargo, su esposa prefiere dar la espalda al drama y centrar la energía en proyectos como Netflix, su podcast y el relanzamiento de su marca As Ever.
Giro de 180 grados
Desde su famosísima “Megxit” en 2020, la pareja ha transitado un largo camino, entre litigios judiciales, biografías polémicas, mudanza y realineación de sus prioridades. Su obsesión con proteger a sus hijos siempre ha sido una constante. Esta nueva fase, en cambio, marca una evolución en su forma de relacionarse con el público: menos secretos, más control narrativo.
En este sentido, Meghan ha evidenciado un cambio valiente: compartir momentos privados, emocionalmente cercanos, pero siempre vigilando que no se vulneren los límites de privacidad de sus niños. Harry, en paralelo, sigue buscando ese equilibrio entre sanación familiar y continuidad de sus proyectos personales.