La agencia italiana de noticias AGI ha confirmado el fallecimiento de Giorgio Armani. El icónico diseñador italiano ha muerto a los 91 años y su partida ha conmocionado al mundo de la moda y del lujo. Armani ha sido sinónimo de estilo, elegancia y modernidad, ha representado durante décadas la esencia del diseño italiano.
Su visión ha marcado un antes y un después en la moda internacional. No solo ha sido un diseñador brillante, también ha demostrado ser un astuto hombre de negocios. Ha dirigido personalmente su imperio con mano firme y la empresa de Giorgio Armani ha facturado cerca de 2.300 millones de euros (2.700 millones de dólares) al año.

Hasta su muerte, Armani ha poseído el 99,9% de la compañía y el 0,1% restante ha estado en manos de la Fundación Armani. Según Forbes, la marca ha sido valorada en 11.200 millones de dólares. Una cifra verdaderamente desorbitada.
Giorgio Armani tiene tres potenciales herederos en los hijos de sus hermanos
Armani no ha tenido hijos y no ha dejado una sucesión clara. Su herencia ha quedado rodeada de incógnitas. ¿Quién heredará semejante fortuna?
Se sabe que ha tenido tres sobrinos. Roberta y Silvana, hijas de su hermano Sergio, ya fallecido y Andrea, hija de su hermana Rosanna. Estos tres nombres suenan con fuerza como posibles herederos, sin embargo, aún no se ha confirmado oficialmente.
La estructura de su legado ha generado incertidumbre y durante años, se ha especulado sobre sus planes sucesorios. Armani ha sido siempre reservado con su vida privada. También con sus decisiones empresariales.

La Fundación Armani podría desempeñar un papel importante. Ha sido creada para preservar su legado. No obstante, no se ha especificado si en el futuro gestionará parte de la herencia o de la compañía de su fundador.
La muerte de Giorgio Armani ha abierto muchos interrogantes y no solo sobre su fortuna. También sobre el futuro de la marca que lleva su nombre. ¿Seguirá la empresa siendo independiente? ¿Mantendrá su identidad sin él?
Giorgio Armani quería que su legado se mantuviese vivo tras su fallecimiento
Lo único claro es el valor colosal que ha dejado atrás. Armani ha construido un imperio y lo ha hecho desde cero, con talento y visión. Su legado económico y artístico es incuestionable.
El mundo de la moda ha perdido a una de sus grandes leyendas, pero su nombre seguirá vivo. En las pasarelas. En las tiendas y, sobre todo, en la historia.