Tras tres décadas compartidas y una separación familiar esperada desde 2019, el divorcio de Pep Guardiola y Cristina Serra amenaza con dejar de ser ese proceso tranquilo que anunciaron. Un giro relevante y minucioso, visto desde perspectivas distintas y con nuevas complicaciones legales que empiezan a pesar.
El proceso de separación
Según las periodistas Laura Fa y Lorena Vázquez, en enero de 2025 se confirmó la ruptura tras su exclusiva en el pódcast Mamarazzis. El anuncio llegó después que la pareja pasara junta las Navidades en Barcelona con sus tres hijos, Maria, Màrius y Valentina. Aquella decisión fue comunicada solo a su entorno más cercano, sin declaraciones públicas.
Renovación con el City y el desencadenante final
Cristina, ya instalada en Barcelona desde 2019 para cuidar de su negocio de moda, habría reprochado a Guardiola su dedicación profesional excesiva. El detonante del divorcio definitivo fue su firma de renovación hasta 2027 con el Manchester City, un gesto que la empresaria interpretó como falta de deseo de trasladarse a Catalunya. Un año antes, en entrevistas, Pep había alabado su intuición en moda, revelando la influencia de Cristina en su imagen pública.

Abogado compartido y negociaciones tensas
La separación prometía ser amistosa: ambos contrataron al mismo abogado matrimonialista catalán con el objetivo de evitar litigios públicos. Pero esta decisión podría complicar la equidad: quien representa a ambos no puede defender intereses contrapuestos si surgen conflictos económicos importantes. Según El Nacional, la negociación ha pasado de “amistosa a cordial”, con prisa para liquidar sociedades, patrimonio y formalizar la firma del divorcio.
El Manchester City prefirió no hacer comentarios. Cristina rompió su silencio con un "Perfecta, gracias" cuando la preguntaron en Barcelona sobre su estado tras la ruptura. Mientras, en Manchester fueron a un concierto de Oasis junto a Maria y Màrius, pero no se dejaron ver juntos y no hay fotos oficiales ni afecto público visible. Maria subió un video en TikTok en el Heaton Park que mostró a la familia llegando junta, pero sin distinción de pareja.
No faltan especulaciones sobre terceros, infidelidades o frialdad emocional, pero hasta ahora no se ha confirmado nada. Los medios descartan las habituales “terceras personas” en estos casos, como causa directa de la ruptura.

Tres hijos ya independizados
Maria, Màrius y Valentina han crecido en un hogar con vida “LAT” (Living Apart Together). Cristina ha creado una carrera sólida en moda, mientras que Pep apostó por el fútbol más exigente en Inglaterra. Vivían separados desde 2019, intentando mantener un equilibrio por los hijos y la carrera de ambos. La ruptura legal está por cerrar, pero emocionalmente ya parece consumada.
La firma más allá del papel
En lo patrimonial, Guardiola afrontará cambios. Pasará de compartir sociedades a pagar una pensión mensual. Economías y negocios requieren reparto, y la convivencia simbólica que había dejado de funcionar se desgasta en trámites notarialmente urgentes.
El proceso contempla un cierre sin ruido, al menos así se empezó, pero ha ganado tensión por detalles legales y tiempos apretados. La falta de abogados distintos ha complicado el equilibrio en una separación que prometía ser eficiente. Aunque fuentes permitían una posible reconciliación, hoy parece ser que la relación sentimental ha concluido.