La semana pasada, las alarmas saltaron en la prensa rosa. Se esperaba que Kate Middleton, junto al príncipe Guillermo, reapareciera en Royal Ascot, un evento tradicional británico, rodeada de glamour y carteles sociales. Sin embargo, su nombre desapareció de la lista oficial apenas horas antes del evento.
Lo que realmente pasó en Ascot
Inicialmente, varios medios incluyeron a Kate en la comitiva del segundo carruaje, junto a Carlos III y Camila. Pero minutos antes de la salida, ese nombre desapareció. El príncipe Guillermo, que tenía previsto acompañarla y participar en la entrega de premios, tuvo que viajar solo en el primer carruaje.
Lejos de tratarse de una retirada repentina, desde Kensington se apuntó a un simple “error de comunicación”. La organización había publicado una lista sin haber recibido confirmación oficial del palacio. En realidad, nunca se confirmó la asistencia de Kate y esta se reservaba precisamente para preservar su salud tras el tratamiento contra el cáncer.

Recuperación, priorización y acompañamiento familiar
Kate, de 43 años, anunció en marzo de 2024 que su cáncer estaba en remisión y ha retomado la vida pública de forma gradual. En junio participó en actos como el Trooping the Colour y la Orden de la Jarretera, decidida a dosificar su agenda con prudencia.
Además, contó con el apoyo cercano de su madre, Carole, y de su cuñada, lo que indica que no había inquietud general en su entorno al no asistir a Ascot.
Contraste con los rumores
Desde Palacio se insistió en que no había ninguna emergencia. Según fuentes internas, la retirada de su nombre fue una corrección de última hora —no una decisión drástica por problemas de salud—, sino parte del proceso de priorizar su bienestar.

Esto ha puesto en evidencia un capítulo más en la estrategia de comunicación real: menos información, pero más controlada. Precisamente, esta política fue criticada en marzo por una fotografía retocada que generó más confusión que claridad.
Discreción por encima del protagonismo
La forma de proceder de Kate y Guillermo refuerza el mensaje que su ex portavoz, Jason Knauf, ya trasladó a la prensa. No buscan notoriedad, sino ejercer su función por convicción y no por fama.
Un ejemplo de esa discreción es la felicitación de cumpleaños a Guillermo el 21 de junio, con una foto casera de su mascota Orla y un mensaje tierno hacia su esposo e hijos que pasó desapercibido entre los grandes titulares.

Lejos de las precipitaciones
Detrás de la ausencia de Kate en Ascot no hubo drama, sino simple estrategia: un malentendido con la organización y una decisión consciente orientada a su recuperación. Este episodio refuerza su enfoque centrado en volver al centro de la vida pública a su ritmo, sin precipitarse.
Queda por ver si aparecerá en lo que queda de Ascot o si seguirá marcando sus propias pautas en su agenda oficial. Con su retorno gradual, Kate Middleton sigue construyendo un relato de fortaleza y prudencia.