El rey emérito se encuentra lejos de vivir su mejor momento. Desde hace un tiempo, las alarmas en su entorno se disparan cada vez que él sale de Abu Dabi. Su avanzada edad y los dolores crónicos hacen que cada visita a España sea motivo de especulación.
A lo largo de los últimos años, ha sido sometido a numerosas intervenciones en las caderas y las rodillas. A pesar de estar rodeado de los mejores especialistas, sus resultados no siempre han sido positivos. Además, la necesidad de viajar con regularidad para recibir tratamiento alimenta rumores sobre su estado real de salud.
87 años, una vida con muchos cambios
El Rey Juan Carlos I cumplió 87 años hace poco más de un mes. Atrás quedaron aquellos días en que podía asistir con soltura a regatas o a ceremonias sin apoyo adicional. Hoy, sus problemas de movilidad lo llevan a buscar métodos de medicina regenerativa y otras soluciones de vanguardia.
Su base de operaciones es Abu Dabi, a donde llegó forzado por las circunstancias para salvaguardar la monarquía y la imagen de su hijo, el rey Felipe VI. Aun así, lleva una vida ciertamente acomodada gracias a la discreción de ese país, aunque lamenta el aislamiento de sus círculos más queridos. En más de una ocasión ha expresado deseos de volver a su tierra.
Ahora, una nueva información apunta a que habría sufrido un ingreso hospitalario en un centro especializado. Según se ha sabido, el emérito está sometiéndose a revisiones médicas más minuciosas. Algunos señalan que estuvo unos días ingresado en Ginebra para proceder a una serie de controles urgentes.
Fuentes cercanas afirman que todo se habría originado en un dolor intenso que no acababa de remitir. Sus viajes a Suiza, donde cuenta con un selecto grupo de especialistas, han sido constantes desde hace meses. Y esta vez podría haber sido un paso más para encarar algún deterioro mayor.
Dudas en Zarzuela, ¿cómo hay que actuar?
En la práctica, la familia real española se debate entre la preocupación y el protocolo. Felipe VI, Elena y Cristina no dejan de reunirse para discutir el futuro de su padre. Saben que el Rey emérito ansía un regreso definitivo, pero temen la repercusión mediática y el impacto en la Corona.
Mientras tanto, las filtraciones apuntan a que el monarca habría estado bajo vigilancia médica 24 horas en un moderno hospital. Se especula con que cada día libre que pasa fuera de Abu Dabi lo dedica a reforzar su salud. Sin embargo, ni la Casa Real ni su equipo en Ginebra se pronuncian de forma oficial.
En Zarzuela, el debate es constante. Un retorno precipitado podría ser un revulsivo público que Felipe VI no desea, pero a la vez se estima injusto dejar a un rey anciano recluido tan lejos. Juan Carlos, por su parte, insiste en que su lugar está junto a su familia.
Por ahora, lo único certero es que la salud del emérito está delicada y requiere atención continuada. Su reciente ingreso hospitalario sería otro toque de atención a la institución. Queda por ver si el Rey encontrará la manera de compaginar sus ganas de volver con las cautelas de la Corona. El tiempo, y los progresos médicos, dictarán el veredicto.