En el epicentro barcelonés de la alta cocina, un nuevo espacio culinario ha despertado la curiosidad de Carme Ruscalleda, la chef con más estrellas Michelin del mundo. Este renombrado establecimiento de cocina catalana ha conseguido no solo sorprenderla, sino incluso entusiasmarla hasta el punto de incluirlo en su ruta personal por la ciudad. Con una trayectoria imparable y un paladar refinado, Ruscalleda ha posicionado sus visitas culinarias bajo lupa.
El descubrimiento que ha causado sensación
El rumor saltó hace semanas en redes y blogs gastronómicos entre Barcelona y su área metropolitana. Un joven chef estaba reinterpretando la cocina tradicional catalana con un enfoque contemporáneo.
Publicaciones especializadas revelaron que el restaurante, ubicado en un barrio emergente de la ciudad, juega con los sabores de proximidad, temporada y técnicas de vanguardia, sin traicionar la esencia de los productos autóctonos. En Twitter e Instagram comenzaron a circular platos que evocan a la escudella o el romesco. La expectación escaló cuando se filtró que Ruscalleda había reservado mesa, y su reacción positiva prendió la mecha mediática.

Sabores de raíces
La chef, oriunda de Sant Pol de Mar, siempre ha defendido la cocina estacional y vinculada al territorio. Este nuevo restaurante ha capturado esa filosofía. Según relatos compartidos en restaurantes cercanos y en redes de los propios productores aludidos, Ruscalleda quedó cautivada por la naturalidad y pulcritud de los ingredientes, además del equilibrio en la técnica.
“Saben lo que hacen y por qué lo hacen”, comentó en el entorno de los fogones. Poco a poco se fueron conociendo sus platos favoritos: un carpaccio de setas de temporada, interpretaciones frescas del romesco, y postres que combinan fruta del Maresme con productos locales.
Una voz con peso
Desde el programa «Tot es mou» en TV3 difundieron espontáneamente que la chef elogió ciertos guiños de la carta que remiten a su propio restaurante Moments. También, el sector gastronómico barcelonés comenzó a barajar el nombre del restaurante entre posibles influencias futuras de la chef.

El reconocimiento no solo ha llegado por boca de Ruscalleda. Periodistas gastronómicos y espectadores han comentado que este proyecto encarna el renacimiento de la cocina catalana, que vuelca ahora más que nunca hacia la proximidad y la memoria culinaria. Se suma así a una tendencia en la que la tradición con sello catalán está siendo reinventada con éxito en la restauración local.
¿Dónde encaja en el mapa gastronómico actual?
Este entusiasmo llega en un momento propicio: Catalunya está viviendo una “renovación de su identidad culinaria”, donde se equilibran las raíces tradicionales y la modernidad. Restaurantes consagrados como Els Tinars o El Celler de Can Roca optan por preservar el legado, pero también surgen propuestas más jóvenes, creativas y cercanas.
El restaurante en cuestión es Collsacreu, que poco a poco se está ganando un hueco entre los nombres más destacados de la cocina catalana contemporánea. Su apuesta por la excelencia, el respeto al producto local y la visión renovadora explican el entusiasmo que ha despertado tanto en Carme Ruscalleda como en otros expertos del sector.

Un movimiento que promete recoger frutos
Que Ruscalleda—poseedora de siete estrellas Michelin, en su restaurante Sant Pau de Sant Pol de Mar, Moments en Barcelona y Sant Pau de Tokio—respalde este local, lo convierte en punto caliente de la gastronomía.
El eco de esta visita ha influido positivamente en las reservas del establecimiento, que han aumentado desde su publicación. Tampoco ha pasado desapercibido para chefs emergentes, productores locales y estudiantes de cocina, que interpretan la distinción como una invitación a explorar la tradición desde nuevos ángulos.
Más cerca de la consolidación
El entusiasmo de Carme Ruscalleda por este nuevo restaurante no es un halago pasajero. Marca el pulso de una cocina catalana que abraza su historia con paso firme hacia el futuro. Con un estilo moderno y respetuoso, el establecimiento ha sacado aplausos de quien mejor entiende la evolución de lo tradicional.

¿Podríamos estar ante el próximo gran emblema de la cocina catalana urbana? Si este proyecto sigue recibiendo el aval de referentes como Ruscalleda, podría consolidarse como epítome de una tendencia gastronómica que cuida el origen sin dejar de innovar.