Camilla Parker Bowles ha logrado transformar su imagen de eterna sombra en una figura influyente dentro del Palacio de Buckingham. Pero, ¿a costa de qué? Entre bastidores, su estrategia con respecto a la tensa relación entre Carlos III y su hijo Harry está dando que hablar… y no siempre para bien.
Cambio de imagen
En los últimos meses, diversas fuentes han revelado que la Reina Camilla ha decidido adoptar una postura firme —más bien, impenetrable— frente a la crisis que atraviesa la dinastía Windsor. Según declaraciones exclusivas al Express por parte de un informante del Palacio de Buckingham, Camilla ha dejado claro que no tendrá un papel activo en mediar ni acercar a Harry con el rey.
Esta decisión se ha interpretado como una estrategia calculada: mantenerse “al margen” para no empañar la imagen pública del rey Carlos III y preservar la estabilidad institucional. Camilla, de esta manera, refuerza su posición como consorte leal, aunque eso implique marcar distancia con los Sussex.

Una declaración muy meditada
Desde el interior del Palacio, se enfatiza que la decisión no es pasiva, sino una elección consciente. “El Rey Carlos está rodeado de voces que alientan la ruptura con Harry, y Camilla se mantiene al margen”, confirman fuentes cercanas.
Mientras tanto, Harry ha trazado una línea clara: en su reciente entrevista con la BBC, confirmó que su padre no levanta el teléfono cuando él llama. Esta realidad confirma la fría aceptación del distanciamiento, respaldada ahora por el silencio de Camilla.
Una relación siempre complicada
La relación entre Camilla y los hijos de Carlos III siempre ha sido compleja. En Spare, Harry la describe como “peligrosa, manipuladora y propensa a filtrar historias”. Aun así, curiosamente, admite también que no cumplió con la imagen de “madrastra malvada”, lo cual da una pista sobre su ambivalente influencia.

Por su parte, algunos medios lo describen como una “estrategia estudiada”: Camilla está usando el conflicto para reforzar su cohesión con la imagen institucional del rey, consolidando su perfil como reina consorte en un momento crítico para la monarquía.
Más allá de lo institucional
La postura de Camilla no es solo institucional, también tiene un componente personal y emocional. La prensa británica señala que ella también ha resultado herida por las acusaciones públicas de Harry, especialmente tras los pasajes más duros de Spare y la entrevista con Oprah Winfrey.
Asimismo, se dice que intentó tender puentes, aunque, consciente de la realidad, optó por el silencio como mecanismo de defensa.

Sus seguidores lo tienen claro
Camilla se mantiene firme y silenciosa en una guerra familiar que ya ha marcado un antes y un después en los Windsor. Su estrategia, que muchos califican de maquiavélica, busca proteger la institución real. Es por eso que se hace diferentes preguntas ¿tendrá consecuencias a largo plazo para su propia imagen? ¿Estamos ante una Reina conservadora y calculadora o ante una consorte inteligente que sabe cuándo callar?