Convertido en toda una celebridad gracias a sus interpretaciones en teatro, cine y televisión, a sus 67 años de edad, el actor catalán Jordi Bosch lleva un tiempo algo alejado del primer plano.
Casado desde 1989 con la también actriz, Emma Vilarasau, Bosch se convirtió en una leyenda de la televisión catalana a causa de su inolvidable interpretación como Raimon Montsolís en la exitosa serie de TV3 Nissaga de poder. Era el buenazo, hermano de Mateu (Jordi Dauder). Un tipo al que todo el mundo quería y uno de los más carismáticos de ese hit televisivo de la segunda mitad de los años noventa. Los espectadores de la cadena pública catalana, también lo recordarán por su personaje de Eduard Anglada en Majoria absoluta, que se emitió a principios de los 2000, y posteriormente por el Cèsar August de La via Augusta.
Un actor tan camaleónico como prestigioso
Su trayectoria escénica dio inicio en 1975, mediante la obra Els Mites de Bagot. Durante los años 80 continuó desarrollando su carrera teatral, compaginándola con cine y televisión. A principios de los 90 recibió varios premios por la obra Restauració, entre los cuales destaca el Premio de la Crítica Teatral de Barcelona. En 1998 ganó de nuevo el Premio de Interpretación de la crítica de Barcelona por el montaje Cantonada Brossa. También ha participado en obras como Blackbird y El Misantrop, de Molière, dirigida por Georges Lavaudant, y Golfus de Roma.
En su vertiente cinematográfica, la carrera de Jordi Bosch incluye participaciones en películas de diversa índole, como las prestigiosas El niño de la luna, de Agustí Villaronga (1989) y Pont de Varsòvia, de Pere Portabella (1990); y las aproximaciones históricas catalanas Capità Escalaborns (Carles Benpar, 1991), La febre d'or (Gonzalo Herralde, 1993) y Monturiol, el senyor del mar (Francesc Bellmunt, 1993). Películas que ha combinado con comedias comerciales, como Boca a boca (Manuel Gómez Pereira, 1995) o ¿De qué se ríen las mujeres? (Joaquim Oristrell, 1997). Más adelante, también intervino en las exitosas 3 metros sobre el cielo (2010) y Tengo ganas de ti (2012), ambas dirigidas por Fernando González Molina.
En 1995 ganó el Premio Butaca como Mejor Actor Catalán de Cine por su trabajo en el film episódico de Ventura Pons, El perquè de tot plegat. Y posteriormente, en 2008, volvería a ser candidato al mismo premio -en esa ocasión sin éxito-, por su interpretación en Barcelona (un mapa), también del malogrado Ventura Pons. Jordi Bosch es un actor con una gran fuerza camaleónica, que le ha valido los mejores elogios. Una vez dijo que "el buen intérprete es un atleta de los sentimientos". Lástima que últimamente sea mucho más complicado poder disfrutar de su carisma en cualquiera de los formatos en los que ha trabajado durante tanto tiempo.