Dos hombres con banderas británicas de fondo, uno de ellos sonríe y señala hacia adelante.

El punto clave de la ruptura entre el Príncipe Harry y su padre, Carlos III

Está relacionado con Meghan Markle y es una herida que no cicatriza para el duque de Sussex

Parece que fue ayer cuando el mundo se paralizó ante el anuncio de la salida del príncipe Harry y Meghan Markle de la Familia Real británica. En 2020, los duques de Sussex decidieron emprender un camino propio lejos de los muros de palacio, buscando una nueva vida en Estados Unidos junto a su primogénito, Archie. Lilibeth todavía no había nacido.

Una salida que causó un profundo impacto en la familia, especialmente en su abuela. La Reina Isabel II nunca acabó de entender la decisión de los Duques de Sussex.

Desde entonces, ríos de tinta han corrido sobre las verdaderas causas de esta decisión sin precedentes. Sin embargo, ha sido el propio Harry quien, con una honestidad desgarradora, ha puesto nombre y apellidos al punto de inflexión que dinamitó la relación con su padre, el hoy rey Carlos III.

Dos personas vestidas de manera formal caminando juntas al aire libre.
Príncipe Harry y Meghan Markle | XCatalunya, US Weekly

La herida que marcó un antes y un después no se forjó en discusiones palaciegas ni en desacuerdos sobre el futuro de la monarquía, sino en el silencio. Un silencio que, para Harry, fue ensordecedor y que tuvo como epicentro el acoso y derribo que sufrió su esposa por parte de la prensa sensacionalista británica. Durante una reciente aparición en el Nexus Global Summit en Nueva York, el duque de Sussex no se anduvo con rodeos. Ante una audiencia de figuras influyentes, su discurso sobre salud mental se tornó profundamente personal, revelando la que considera la traición definitiva de su padre.

El acoso a Meghan y la indiferencia de un padre

Todo se remonta a la gira oficial de los duques por Sudáfrica en 2019. Aquel viaje, que debía ser una celebración de su labor, se convirtió en una pesadilla mediática. Meghan, madre primeriza, se vio en el ojo del huracán, convertida en el blanco de críticas feroces y titulares malintencionados que la atacaban sin piedad. El propio Harry, en un comunicado de una dureza inusual, llegó a comparar la situación con la persecución que sufrió su madre, la princesa Diana, afirmando que su "mayor temor era que la historia se repitiera".

Al regresar al Reino Unido, la situación empeoró. El acoso fue tal que la pareja, sintiéndose desprotegida, emprendió acciones legales. Pero mientras Meghan se desmoronaba emocionalmente, desde la Casa Real británica, y concretamente desde la oficina del entonces príncipe de Gales, la respuesta fue la inacción. Carlos no solo no defendió públicamente a su nuera, sino que tampoco realizó gestión alguna para frenar la campaña de desprestigio.

Un hombre sonriente con barba pelirroja señala hacia la cámara mientras lleva una camisa oscura.
Montaje con el Príncipe Harry señalando a la cámara | Instagram

Para Harry, esa falta de apoyo fue imperdonable. "Mi esposa, en esa época, era la persona más difamada del mundo", sentenció en Nueva York, dejando claro que la indiferencia de su padre fue el golpe de gracia a su relación.

De la decepción a la acción: la Fundación Archewell

La profunda decepción y el dolor experimentado fueron, paradójicamente, el motor de un nuevo propósito. Harry confesó que la fundación que preside junto a Meghan, Archewell, nació directamente de esa traumática experiencia. Su objetivo se centró en combatir el aislamiento social y promover un entorno digital más seguro, motivado tras conocer a padres que habían perdido a sus hijos a causa del acoso en redes sociales. Lo que muchos vieron como un capricho o una crisis de identidad, para el príncipe fue una cuestión de supervivencia.

En sus palabras se percibe una tristeza que va más allá del enfado. Es la decepción de un hijo que esperaba el amparo de su padre y encontró un muro de silencio. El silencio de Carlos III, que muchos analistas de la casa real británica interpretan como una estrategia calculada para no avivar el fuego mediático, fue para Harry la confirmación de que no podía criar a su familia en un ecosistema que permitía ataques tan brutales hacia su esposa con el consentimiento tácito de los suyos.