A menudo, la historia de los duques Sussex ha sido narrada como una constante huida de la presión mediática y los lazos familiares que pesan sobre sus hombros. Pero en esta ocasión, el foco se ha desplazado hacia una figura hasta ahora discreta: Doria Ragland, madre de Meghan Markle.
Su reciente y repentina decisión de abandonar la lujosa residencia de Montecit, ha hecho saltar todas las alarmas. Lógicamente, ha servido de catalizador para nuevas especulaciones sobre la vida privada del príncipe Harry y su esposa.
Mientras los seguidores de la familia real británica intentan descifrar qué ocurre tras las puertas cerradas de Montecito, el entorno de los Sussex vive uno de sus episodios más delicados. Doria había sido descrita como un pilar de apoyo para la pareja, pero esto ha terminado. Ahora ha decidido hacer las maletas y volver a Los Ángeles, en lo que muchos consideran algo más que una simple mudanza.

Doria Ragland: la madre de Megan
La convivencia entre Doria Ragland y los duques de Sussex empezó a raíz de los duros reveses que afrontaron en 2024. Tras perder contratos millonarios con plataformas como Spotify y la cancelación de proyectos televisivos, Meghan y Harry recurrieron a la ayuda de Doria para cuidar de sus hijos Archie y Lilibet. Como experta en yoga y bienestar, su presencia aportó calma en tiempos convulsos.
Sin embargo, con el paso de los meses, la situación se volvió insostenible. Según se desprende de testimonios filtrados en redes y ampliados en algunos canales de YouTube especializados en celebridades, Doria empezó a sentirse más una niñera que una madre y abuela. La rutina diaria y la tensión por la exposición mediática y la falta de privacidad, provocó que la madre de Meghan decidiera cortar por lo sano y regresar a Los Ángeles.
Algunos analistas sugieren que esta marcha no se produjo sin lágrimas ni reproches. Meghan, según apuntan medios norteamericanos y comentarios en X, suplicó a su madre que no la dejara sola en un momento de debilidad personal y familiar. Para Harry, la salida de Doria supuso perder una figura de apoyo fundamental desde la muerte de su madre, la recordada Diana de Gales.

El impacto en Harry y Meghan: un claro distanciamiento, pero la relación sigue sólida
Ya lo explicamos hace unos días. La marcha de Doria ha dejado huella en la vida de los Sussex, tanto a nivel personal como de pareja. Voces cercanas a la familia aseguran que la presencia constante de la madre de Meghan acabó por generar un clima de tensión y falta de intimidad en la relación matrimonial. Harry, acostumbrado a la soledad tras romper lazos con la Casa Real, se habría sentido desbordado por la presión interna de su suegra en su propio hogar.
Este episodio ha reavivado antiguas heridas y alimentado los rumores sobre el desgaste de la pareja. Se han leído muchos comentarios en Instagram y TikTok que señalan que Doria terminó convirtiéndose en el centro de todos los problemas cotidianos.
La versión de Doria: ¿discreción, dar espacio o verdadero distanciamiento?
Por el momento, ni Meghan Markle ni el príncipe Harry han emitido un comunicado oficial. Sin embargo, fuentes cercanas a la pareja insisten en que la decisión de Doria responde a su necesidad de recuperar espacio personal y reanudar su vida lejos de la vorágine mediática. Ella mismahabría admitido que el clima de “drama diario” le resultó agotador y que sentía que su presencia ya no era constructiva.

Mientras tanto, las redes sociales hierven con teorías sobre el futuro de los Sussex. Los seguidores de la familia real y debaten si la ausencia de Doria será temporal o marca el inicio de un nuevo ciclo de distanciamiento entre hija y yerno.