Durante años, la figura de Cristina de Borbón ha estado envuelta en una bruma de misterio y controversia. Ha vuelto a Barcelona después de una larga etapa en Suiza marcada por el escándalo Noos y la caída en desgracia del matrimonio con Iñaki Urdangarin. Su vida pasa por la capital catalana. Sin embargo, hay episodios que el público catalán no olvida fácilmente, como aquel incómodo y comentado encontronazo lingüístico de la infanta en TV3.
La vida de la hija menor de Juan Carlos I siempre ha estado estrechamente ligada a Catalunya, aunque no precisamente de la forma en la que muchos han querido creer. Cristina se instaló en Barcelona tras su boda con Urdangarin, apostando por una vida aparentemente normal en el lujoso entorno de Pedralbes.
La visita a TV3 y el choque con el catalán
Uno de los episodios más recordados ocurrió cuando la infanta Cristina acudió a la sede de TV3, invitada a recibir un reconocimiento institucional, más que por una cuestión periodística. Era el único día que la infanta pisaba la televisión pública catalana, era un acto formal organizado por la dirección del canal.

Allí la esperaba Joan Granados, entonces máximo responsable de la cadena, quien se encargó de recibirla con el protocolo habitual: un ramo de flores y unas palabras de bienvenida en catalán.
La escena se torció cuando Cristina, sin dudarlo y con un tono elevado, reclamó ser atendida “en español, por favor”. Granados relató años después que intentó hacerle entender que en TV3 la lengua vehicular es el catalán, y que no se trataba de una cuestión de hospitalidad, sino de respeto. Pero la infanta insistió, con voz aún más alta: “¡Le he dicho que en español, por favor!”.
De Pedralbes al 'exilio'
El episodio en TV3 es solo una de las múltiples capas de la relación de Cristina con Barcelona y el entorno de Pedralbes. Durante la época dorada del matrimonio, la infanta y Urdangarin adquirieron una mansión de seis millones de euros en la zona. Tras el juicio y la condena a Iñaki, la familia se dispersó.

Cristina se instaló en Ginebra y sus hijos repartieron su vida entre Suiza, Barcelona y Madrid. La pérdida del título de duquesa de Palma y el distanciamiento de la familia real española marcaron una etapa de discreción y bajo perfil.
En redes sociales, cada paso de Cristina de Borbón en Barcelona es seguido con lupa. Su regreso a la capital catalana y la inminente finalización de las obras en Pedralbes han avivado los rumores sobre si la infanta apostará por una vida en Catalunya.