En la recta final de su formación marina, la princesa Leonor vivió este 3 de julio una velada que ha encendido las alarmas de la Casa Real. Lo que comenzó como una salida informal tras su regreso del Blas de Lezo se transformó en un escenario delicado, con reporteros al acecho y escolta en máxima tensión.
Ocio vigilado tras el desfile naval
Leonor desembarcó en Gijón para reincorporarse al buque‑escuela Juan Sebastián Elcano, que la llevará hasta Galicia. Tras su entrada discreta, la joven heredera pasó a una recepción oficial a bordo para unos pocos invitados, donde se impusieron normas estrictas tanto de vestimenta como de comportamiento.
Sin embargo, esa misma noche la princesa decidió relajarse junto a compañeros de promoción en un local céntrico de la ciudad. Vestida con su uniforme de guardamarina y acompañada de camaradas, Leonor disfrutó de conversación y alguna copa de vodka con limón, su bebida preferida.

La escolta en alerta ante fotógrafos
Lo que comenzó como una salida sosegada dio paso a una situación más tensa cuando varios curiosos y dos fotógrafos profesionales se acercaron al local. La posibilidad de una imagen comprometida de la princesa fuera de su rol institucional encendió todas las alarmas entre sus escoltas.
Testigos describieron una intervención rápida y discreta: los agentes la evacuaron en minutos, evitando que se tomaran imágenes que pudieran generar polémica. Según expertos, este protocolo choca con el deseo creciente de Leonor por disfrutar su juventud, aunque siempre dentro de límites seguros y controlados.
Un reencuentro familiar sorpresivo
A esa salida se sumó un reencuentro inesperado y discreto: su hermana Sofía apareció en Gijón para facilitar un instante de normalidad entre hijas adultas, sin agenda oficial. El restaurante La Casona de Jovellanos, local que sirvió de cómplice de la visita, compartió una foto de ambas hermanas junto a una trabajadora, describiéndolas como “agradecidas y cercanas”.
El encuentro, aunque breve, supone un momento de relajación para Leonor justo antes de retomar su travesía naval hacia Ferrol y Marín, donde concluirá su formación de guardamarina.

No es la primera vez
No es la primera vez que Leonor desata debates por salidas nocturnas durante su formación militar. Ya en Argentina y Uruguay fueron captadas imágenes que generaron polémica, y su vida social en Gales y Chile ha provocado cierta inquietud en Zarzuela. Especialistas como Martín Bianchi han sugerido que un enfoque más transparente del entorno real podría distender tensiones mediáticas.
La princesa camina en la cuerda floja entre su papel como heredera al trono y su deseo de vivir una adolescencia plena. Los escoltas recortan distancias cuando surge riesgo mediático, pero Casa Real confía en que su trayectoria militar se consolide sin mayores incidentes.
En resumen: una salida nocturna que, si bien normal para una joven de 19 años, implicó tensión por posibles filtraciones y la rápida intervención de seguridad. Le siguió una noche apacible y un reencuentro íntimo con Sofía en Gijón. ¿Marcará este episodio un cambio de criterio en las salidas de Leonor durante el verano? Queda por ver si Casa Real ajustará normas tras este episodio.