La Casa Real española atraviesa una tormenta silenciosa. Aunque siempre se habló de distancia emocional, ahora las grietas entre dos ramas de los Borbones se han hecho públicas. Una decisión de origen familiar, impulsada por la reina Letizia, habría sellado el fin del vínculo entre Froilán, Victoria Federica y quienes se perfilan como herederas reales: Leonor y Sofía. Pero, ¿qué ha cambiado realmente y cómo ha reaccionado cada parte?
La ruptura: un gesto firme y definitivo
Desde hace meses se percibía cierta frialdad, pero según fuentes de la prensa especializada, la relación se ha roto por completo.
Ya no hay saludos, mensajes ni fotos compartidas. Incluso los intentos de Victoria Federica de “simular” cercanía desde sus redes sociales —felicitaciones en fechas señaladas, stories el día de la jura de la Constitución— carecen de credibilidad. Aunque buscaban aparentar normalidad, el silencio en vivo evidencia lo contrario: ha cortado todo contacto real con Leonor y Sofía.

Letizia, clave en la estrategia de desconexión
Voces cercanas a la familia indican que la reina ha impulsado una burbuja protectora alrededor de sus hijas. El objetivo: preservar la imagen institucional ante los escándalos vinculados al apellido Borbón, especialmente tras episodios como el de las tarjetas opacas o la distancia de Juan Carlos I. Esa estrategia ha dejado no solo en un plano secundario a Elena, Cristina y sus hijos, sino también allanado el camino para un distanciamiento personal de carácter radical.
Otros vínculos que sobreviven
Curiosamente, Victoria Federica sí mantiene relación con la rama Urdangarin, y en especial con Irene, de la misma edad que Leonor. Esto rompe su argumento anterior sobre “diferencia de edad” como razón para la distancia familiar.
Las primas conviven en ambientes similares, incluso celebraciones y salidas, sin que este contacto hubiese reactivado el vínculo con la princesa. Por su parte, Froilán no ha tenido que fingir nada en redes: simplemente se ha desvinculado, sin pronunciarse públicamente ni preocuparse por ellos.

Reacciones: silencio y mutismo
Ni los protagonistas ni la Casa Real han hecho declaraciones públicas al respecto. En su lugar, la prensa ha recurrido al análisis de gestos y ausencias. La única voz que ha dado señales mínimas de reacción ha sido la de Victoria Federica, al defender a su hermano y desvincularlo de la imagen de “fiestero problemático”. Pero no ha abordado la tensión con Leonor. Un mutismo que habla más que mil palabras.
¿Qué implica para el presente y futuro de la Corona?
Este distanciamiento deja a Leonor y Sofía en un entorno familiar muy limitado: solo con sus padres y su abuela Sofía. El resto de los Borbones —Elena, Cristina, Froilán y Victoria Federica— parecen destinados a quedar relegados en privado. Queda claro que la familia real española está cada vez más desestructurada.