El corazón de la familia Sussex vuelve a latir con fuerza, aunque esta vez por una noticia que tiñe de sombras el respaldo de uno de sus amigos más cercanos. Tyler Perry, productor de renombre y padrino de su hija Lilibet, se enfrenta a una demanda por agresión sexual, según documentos presentados en Los Ángeles el pasado mes de junio. Un caso grave que sugiere consecuencias judiciales incluso penitenciarias.
Los hechos que desconcertaron a Hollywood y la familia Sussex
El origen de la denuncia se remonta a 2019, durante el rodaje de las series The Oval y Ruthless, protagonizadas por Derek Dixon, demandante en esta causa. Según el actor, Perry habría ejercido una presión progresiva, “cada vez más agresiva”, para obtener favores personales, incluso amenazando con eliminar su personaje de la serie si no accedía a sus peticiones.
Estos hechos habrían derivado en ansiedad, depresión, trastorno por estrés postraumático e incluso daños físicos que necesitaron atención médica larazon.

En 2021, Dixon denuncia una supuesta agresión durante una reunión privada en la casa de Perry, un episodio clave en el relato de su sufrimiento. El monto reclamado alcanza los 260 millones de dólares, una cifra que subraya tanto el alcance económico como simbólico de esta demanda.
La respuesta de las partes implicadas y el impacto en los Sussex
Tyler Perry, de 55 años y considerado uno de los magnates más influyentes del entretenimiento larazon.es, niega rotundamente las acusaciones. Su abogado las tilda de “inventadas” y atribuye la demanda a una estrategia legal interesada, asegurando que su cliente “no se dejará presionar” larazon.es.
Para Harry y Meghan, el golpe llega en un momento ya de por sí tenso. Su vínculo con Perry es sólido: él les ofreció refugio en su mansión de Beverly Hills tras su salida de la realeza en 2020, y en 2021 fue elegido padrino de Lilibet, un gesto de confianza y cercanía. La conexión, facilitada inicialmente por Oprah Winfrey, ha sido pública y cálida, como se vio en múltiples eventos y declaraciones sobre su relación familiar.

Mucho en juego para los Sussex
La importancia de este caso va más allá del ámbito legal. Meghan y Harry se ven ahora en la tesitura de reaccionar públicamente. Hasta el momento, no ha habido pronunciamiento oficial desde su entorno, aunque el silencio pesa tanto como la gravedad de las acusaciones. Cualquier comentario o gesto podría ser interpretado como postura o indiferencia hacia el presunto daño sufrido por Dixon.
En términos de imagen, se abre una incógnita. Muchas son las preguntas que se plantean: ¿podría esta denuncia salpicar la imagen pública del matrimonio? ¿Cómo evitar que esta polémica empañe su narrativa como defensores de justicia y transparencia?
Un cierre en espera de juicio… y posibles nuevas revelaciones
Mientras los tribunales examinan las pruebas, el mundo del entretenimiento y la opinión pública observan con atención. Este caso a 260 millones de dólares podría derivar en consecuencias penales para Perry, si se demuestra que las acusaciones tienen sustento.