Carme Ruscalleda, la legendaria chef catalana, ha vuelto a sorprender a quienes la siguen con una propuesta fresca, saludable y sorprendentemente sencilla. En pleno mes de julio, la estrella de la cocina mediterránea ha sentenciado: “solo hay que triturar muy bien los ingredientes”.
La creación: sopa fría de melocotón
Ruscalleda, propone una crema fría basada en melocotones amarillos de la DO Lleida. Según su explicación, basta con pelar, trocear y triturar junto a yogur natural —o una ligera nata— y un toque de miel. Después, se refrigera mínimo una hora y, a la hora de servir, se añade decoración funcional. Se ponen unas gotas de yogur extra, menta picada e incluso virutas de jamón crujiente para contrastar dulce y salado.
Este plato encarna perfectamente su filosofía: sencillez, producto de proximidad y equilibrio nutricional. El melocotón, con un 90 % de agua y apenas 26 kcal por cada 100 g, aporta frescor e hidratación ideal para el verano Crónica Global.

Elogios en redes sociales
Pocos días después de la publicación de la receta, Instagram y Facebook ardían con comentarios positivos. Aficionados a la cocina veneran su versatilidad: “fácil, rápida y nutritiva”, destacaban. Varios perfiles especializados en gastronomía en Cataluña celebraron este enfoque con ingredientes locales y preparación sin complicaciones, en línea con la corriente slow food.
En X resonó especialmente la recomendación de elegir ingredientes maduros y de calidad. Este consejo coincide con otros trucos que Ruscalleda ha dado esta temporada, en los que subraya la importancia de los tomates maduros en verano y advierte sobre evitar aditivos innecesarios.
La visión de una referente culinaria
Con siete estrellas Michelin en su trayectoria, Ruscalleda es una voz de peso en la gastronomía. Criada en el Maresme, siempre ha apostado por el kilómetro cero, sin artificios, adaptando la cocina catalana con toques modernos.

Además, en los últimos años se ha volcado en la divulgación de la nutrición y los hábitos saludables. Esta receta de melocotón encaja a la perfección en su objetivo de enseñar a cocinar desde casa con conciencia.
Contexto nutricional y emocional
Más allá de ser una crema veraniega, su valor reside en el equilibrio. El plato hidrata, aporta vitaminas y resulta saciante sin recurrir a grasas pesadas. También ofrece un punto emotivo: la nostalgia de los melocotones de verano, un clásico de infancia para muchos, acompañado de un giro moderno con el yogur o la nata.
Este plato también encaja con la reciente campaña de Ruscalleda para fomentar la cocina casera y la educación alimentaria. La chef insiste en que es esencial transmitir a las nuevas generaciones el gusto por cocinar con productos frescos, como ha repetido en foros y medios especializados.

Funciona también entre los más pequeños
La dulzura natural del melocotón, mezclada con la textura cremosa del yogur, resulta atractiva para adultos y niños, algo que Ruscalleda menciona en su presentación. Además, su sencillez convierte este plato en una herramienta ideal para que las familias recuperen el hábito de cocinar juntos, sin sentir que requieren habilidades profesionales.
Carme Ruscalleda regala una práctica. La práctica de preparar algo sabroso con pocos pasos, ingredientes naturales y una visión consciente. En una era donde prima lo rápido, esta sopa fría insiste en lo esencial: sabor, producto, salud y disfrute. Con ingredientes de temporada y un mensaje claro sobre la cocina responsable, este plato es ideal para hidratarse y disfrutar de la gastronomía.