Desde Sant Pol de Mar hasta el huerto de Collserola, Carme Ruscalleda sorprende al universo gastronómico. En su reciente publicación de Instagram, ha presentado una variedad de tomate local llamada “tomàquet Mandó de Collserola”, describiéndola como “de gust de tomàquet”, y resaltando su color intenso, pulpa delicada y peso abundante en ejemplares de entre 400 y 700 g.
Más allá del diseño gráfico que acompaña al ‘post’, se revela la apuesta tradicional y sostenible. Este tomate se cultiva en régimen biodinámico en los huertos de Collserola, conservando técnicas agrícolas centenarias que garantizan aroma y sabor únicos.
La agenda verde con sello de calidad
La noticia ha generado reacción inmediata en Instagram, entre aplausos y curiosidad. Ruscalleda, chef con siete estrellas Michelin, parece haber vuelo los ojos a productos de proximidad con gran determinación. El perfil @collserolapages, que gestiona la producción de estos tomates, etiquetó directamente a la chef en el post, una señal de estrecha colaboración.
Además, Carme invitó a otros chefs, como Toni Balam, su marido y coprotagonista en muchos proyectos, a probar y conocer el tomate en persona. La publicación incluye detalles sensoriales sobre dicho producto. Promete que el tomate tiene la pulpa tersa, pocos granos y sabor intenso, aunque ligeramente dulce. El texto que acompaña el post incita a la degustación en aquellos espacios donde ella cocina o colabora, cómo tantas otras veces lo han hecho antes.
Una raíz que conecta con su filosofía culinaria
Cabe recordar que Carme Ruscalleda creció en una familia de agricultores, y siempre defendió la cocina “de kilómetro cero”. Desde Sant Pau, su primer restaurante con tres estrellas Michelin, hasta su punto en Tokio y ‘Moments’ en Barcelona, su trabajo siempre ha honrado los productos locales.
Este tomate Mandó se alinea con su idea de rescatar variedades tradicionales, aportando identidad y autenticidad. Este guiño no es nuevo. En otras ocasiones, Ruscalleda ha promovido ingredientes catalanes minoritarios, desde verduras ancestrales hasta cereales autóctonos. Además, últimamente se ha interesado por productos de gran tamaño, como fue el caso del queso Provolone que sirve en el restaurante Moments junto a su hijo.
Reacciones del sector y repercusión culinaria
Algunos pequeños agricultores de Collserola celebran la iniciativa como una oportunidad de visibilizar su trabajo, apuntando que este tomate tiene méritos para ser “denominación de origen local”. En plataformas como X e Instagram, la etiqueta #tomàquetMandó acumula ya decenas de publicaciones de aficionados y cocineros, mostrando usos en ensaladas, sopas y conservas.
El prestigioso programa gastronómico de Moments Restaurant Barcelona, impulsado por su hijo Raül Balam y la familia Ruscalleda, ha subido historias en Instagram donde se muestra el tomate en preparación para futuros platos de temporada. Aunque aún no han compartido una receta específica, se especula que lo integrarán en su menú de verano.
Un legado sensorial que trasciende modas
Ruscalleda no persigue tendencias; busca raíces. Primero, recuperó la esencia marinera del Maresme. Ahora, reivindica ese tomate Mandó que crece en finca pequeña, con cultivos respetuosos. Es un mensaje claro en el que apunta que la alta cocina también puede ser cercana, auténtica y sostenible.
Con más de cincuenta años dedicada a la cocina, esta acción refuerza su vínculo con el territorio. Un gesto que puede inspirar a otros grandes chefs a mirar hacia lo local y lo humilde.