Cuando en 2009 Pep Anton Muñoz (el inolvidable Pere Peris de El cor de la ciutat) y Julià Farràs dijeron “sí, quiero”, no fue una decisión improvisada. Detrás de esa discreción había una búsqueda de equilibrio entre su público, su vida personal y el respeto a un personaje querido. Hoy, en una entrevista con motivo del 20.º aniversario del matrimonio entre personas del mismo sexo en España, el actor desgranó los motivos que lo llevaron a retrasar ese paso que hoy por ley ya no sorprende.
El momento elegido: por qué esperaron hasta diciembre de 2009
Según Muñoz, aunque habían sido pareja durante más de 35 años, no se atrevieron a casarse hasta que terminó la emisión de El cor de la ciutat. En TV3 reveló: “Hace 36 años que somos pareja… el día de su boda fue en diciembre de 2009, justo cuando acabó la serie. No quería causar ningún alboroto ni afectar al desarrollo del personaje”.
Con la emisión de la serie llegando a su fin, se sintió liberado para hacer público un paso tan importante. “El Peris ya dorm y el Pep Anton resurge, puedo casarme con el Julià”. Lo hicieron de forma íntima, sin grandes actos ni anuncios, conscientes de que la notoriedad de su personaje podía eclipsar su momento.

El peso del personaje frente a la intimidad
Durante diez años, Pep encarnó a Pere Peris: el carismático camarero del barrio de Sant Andreu. Su popularidad era tal que la vida personal del actor se vio condicionada. Como él mismo explica, no quería que su boda derivara en un ruido mediático que afectara a la serie. Al prolongar la ceremonia un mes después de acabar la grabación, protegió la integridad del personaje y preservó la naturalidad de su vida en privado.
Además, como recordó recientemente en Ara hace algo más de un año, pese a estar con Julià desde hacía más de tres décadas, al aprobarse la ley del matrimonio igualitario cometieron un error con la fecha de la ceremonia. Sin embargo, la intentaron hacer lo más discreta posible.
La reacción familiar y social
Las reacciones en familia fueron variadas. Según relató en otra entrevista, inicialmente sus padres –especialmente su padre– creyeron que era una fase tanto como su anterior relación con una mujer: “Ya se te pasará” elnacional.cat. Aún así, no hubo rechazo directo. Su salida del armario fue pausada y cuidada. Reconoció que, pese al disgusto inicial de su madre, su identidad y amor se fueron consolidando sin grandes conflictos.

Tras la boda: un nuevo capítulo personal y profesional
Desde entonces, Pep se sintió liberado para combinar su vida pública y personal. “El Peris ya dorm…” no solo se refirió al personaje en pantalla, sino al tiempo en que su vida privada estaba en pausa. A partir de entonces, ha podido disfrutar de su vida con Julià sin tener que preocuparse por el impacto mediático. En 2021 se jubiló oficialmente, aunque sigue eligiendo proyectos que lo motivan, como la película El rei Peret.
Una cara muy querida en TV3
El testimonio de Pep Anton Muñoz ilustra cómo la vida influyente de un actor puede exigir sacrificios personales. Decidir casarse en privado en vez de en pleno éxito televisivo fue una muestra de prudencia y amor, priorizando la intimidad de su relación sobre el protagonismo mediático. ¿Qué otras historias reservadas descubrirán los actores tras sus personajes más icónicos? En un terreno donde lo personal y lo público se mezclan, su relato aporta dignidad y sensibiliza al lector.