Nandu Jubany es solo de los chefs más reconocidos de Catalunya, y también un referente internacional en la alta cocina. Con una estrella Michelin en su restaurante Can Jubany y una dilatada trayectoria, su nombre es sinónimo de innovación gastronómica y respeto por la tradición.
Como todo gran personaje, detrás de su éxito se esconde una historia que, recientemente se ha podido conocer en una entrevista en el programa Col·lapse, de 3Cat: su mayor miedo.
El mayor miedo de Nandu Jubany
Con un tono reflexivo y cercano, Jubany confesó que su principal miedo es no cumplir con las expectativas de las personas que lo rodean. “Siempre tengo miedo de no estar a la altura de la gente que me espera, de la gente que me ama”, explica.
Este temor --explica-- actúa como una motivación constante en su vida, un recordatorio de la responsabilidad que siente hacia su familia, su equipo y todos aquellos que confían en él.
También ha hablado con especial emoción de su padre, a quien perdió cuando tenía solo 22 años. Lo define como una fuente de inspiración y energía que, incluso tras su ausencia, sigue guiándolo en momentos de incertidumbre.
“Mi padre era esa fuerza que te hacía pensar que todo iría bien. Esa energía la he buscado muchas veces en mi vida”, ha explicado.
Una vida dedicada a los demás
El entorno ha sido clave para su éxito. Desde su mujer y sus hijos hasta su equipo de trabajo. Todos han desempeñado un papel esencial en su trayectoria. “Hago todo por ellos, por demostrarles que estoy a la altura de lo que esperan de mí”, asegura.
Este compromiso lo ha llevado a poner siempre a las personas en el centro de su vida. Un enfoque que también se refleja en su cocina, donde el cliente y la experiencia son prioritarios.
Una lección de humildad
Las palabras de Nandu Jubany nos recuerdan que, detrás del brillo de los éxitos y los reconocimientos, existen dudas y temores. Su confesión de que "el miedo a no estar a la altura" es un reflejo de su humildad y de su incansable búsqueda de la excelencia. No sólo como chef. También, como persona.
Así Jubany deja una valiosa lección: el verdadero éxito no se mide únicamente en estrellas Michelin o en aplausos, sino en el impacto que dejamos en las personas que nos rodean.