En los últimos días, el Palacio de la Zarzuela ha sido testigo de un movimiento que ha generado revuelo en la Casa Real: la posible vuelta de Irene Urdangarin a la residencia real. Este hecho ha reavivado tensiones familiares, especialmente con la reina Letizia, quien ha mostrado su preocupación por la presencia recurrente de los sobrinos Urdangarin en el palacio.
Irene Urdangarin, fuente de discordia
Irene Urdangarin, la hija menor de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, ha tenido un recorrido académico y personal marcado por altibajos. Tras no superar las pruebas de acceso a la prestigiosa EHL Hospitality Business School de Lausana, optó por un año sabático que incluyó un voluntariado en Camboya. Posteriormente, se trasladó a Londres para estudiar organización de eventos en la Universidad de Oxford.
Sin embargo, su estancia en Oxford no ha estado exenta de controversias. Se ha reportado que Irene ha acumulado amonestaciones en su residencia universitaria debido a comportamientos poco disciplinados, incluyendo la organización de una fiesta no autorizada que terminó en desorden. Además, ha expresado su descontento con la carrera elegida y su deseo de abandonar los estudios y regresar a España.

Recientemente, se han observado camiones de mudanza en las inmediaciones de Zarzuela, lo que ha alimentado las especulaciones sobre el regreso de Irene al palacio. Este movimiento ha sido interpretado como una señal de que la joven podría instalarse nuevamente en la residencia real, lo que ha generado inquietud en la reina Letizia.
Silencio oficial
La Casa Real no ha emitido declaraciones oficiales al respecto, manteniendo su habitual discreción en asuntos familiares. Sin embargo, fuentes cercanas han indicado que la reina Letizia ha mostrado su descontento con la situación, considerando que la presencia constante de los sobrinos Urdangarin en Zarzuela podría afectar la imagen de la monarquía y generar tensiones internes.

Por otro lado, se ha señalado que la reina Sofía ha brindado su apoyo a sus nietos, permitiéndoles residir en el palacio durante períodos de transición. Esta actitud ha sido interpretada por algunos como un intento de mantener la unidad familiar, mientras que otros la ven como una fuente de conflicto con la reina Letizia.
La situación plantea interrogantes sobre el papel de la familia real en la vida de los jóvenes Urdangarin y cómo manejarán los desafíos personales y académicos que enfrentan. La posible vuelta de Irene a Zarzuela podría ser un punto de inflexión en las relaciones familiares y en la percepción pública de la monarquía.