Meghan Markle y el príncipe Harry han vuelto a romper patrones. En una reciente entrevista en el podcast Aspire with Emma Grede, Meghan compartió una práctica que ha sorprendido a muchos.
La familia ha instalado un puesto en su huerto de Montecito donde Lilibet y Archie siembran verduras para luego venderlas o compartirlas con la comunidad. Con esto, buscan enseñar a sus hijos sobre el valor del esfuerzo, la paciencia del cultivo y la gratitud por lo que se obtiene de forma consciente.
La lección del cultivo en familia
En su conversación con Emma Grede el pasado 17 de junio, Meghan describió cómo conversan con sus hijos. Les preguntan a cerca de compartir su cosecha con la comunidad, o de que hacer con el dinero en caso de no ser así y querer venderla. No es solo jardinería. Es un proyecto de aprendizaje vital que enseña gestión, generosidad y hábitos de sostenibilidad.
Este tipo de actividades encajan con la visión que el matrimonio comparte. Una educación alejada de la ostentación, centrada en valores y vivencias reales, algo que difiere claramente de los métodos de otros miembros de la familia real.
Reacciones y respaldo en redes sociales
La iniciativa ha recibido aplausos en redes y prensa especializada. Una usuaria comentó en Twitter tras conocer la historia: “Esto sí que es criar en valores, no con privilegios”. Los seguidores celebran que, pese a mantener privacidad, Meghan y Harry eviten caer en el sensacionalismo y eduquen con coherencia.
En medios como ABC España también destacan cómo los niños se han convertido en protagonistas sutiles del contenido de Meghan, participando sin exhibición excesiva.
Vida en Montecito y transición educativa
Desde su mudanza en 2020, los Sussex viven en una lujosa residencia en California con piscina, gallinero y huerto hellomagazine.com. El cultivo ha sido una constante. Meghan, en su podcast, ya subrayó la importancia de enseñar a sus hijos el valor de las cosas y los negocios en familia.
Este enfoque contrasta con la educación de los Cambridge, inmersos en tradiciones reales y apariciones formales. Archie y Lilibet, sin embargo, disfrutan de una crianza más cercana, con contacto directo con la naturaleza, la comunidad y labores cotidianas.
El equilibrio entre visibilidad y privacidad
La decisión de compartir esta faceta privada en un podcast no ha passado desapercibida. Hay quienes critican a Meghan por mostrar a los niños, señalando que podrían resentirse cuando sean mayores. No obstante, a través de este enfoque, los Sussex consiguen dar contexto y propósito a lo que comparten.