Banco Santander sigue reforzando su liderazgo global. Gran parte del mérito es atribuible a su presidenta ejecutiva, Ana Botín, quien continúa consolidándose como una de las directivas mejor pagadas no solo en el Estado español, sino en todo el panorama financiero europeo. Su reciente incremento salarial se justifica según la propia entidad gracias a los buenos resultados, en un contexto en el que las retribuciones de altos ejecutivos suelen generar debate público y político.
Durante el último ejercicio de 2024, Ana Botín obtuvo una retribución total de 13,77 millones de euros, lo que representa un aumento elevado, del 13 % respecto al año anterior. Este aumento de su compensación responde directamente al incremento de beneficios del Banco Santander, que registró cifras récord en beneficio neto, superando los 12.570 millones de euros en 2024, reflejando así una sólida recuperación y una eficiente gestión en tiempos todavía marcados por incertidumbres económicas globales.
Cobra por diferentes conceptos
De hecho, la retribución de Ana Botín se compone de distintos conceptos que permiten entender con mayor precisión cómo están estructurados los pagos a la alta dirección en una entidad tan relevante como Santander. El salario fijo percibido por Botín fue de 3,43 millones de euros, lo que por sí solo representó un incremento del 5 % respecto al ejercicio anterior, siguiendo la lógica de una remuneración que responde tanto al rendimiento personal como a los objetivos estratégicos cumplidos por el banco.
Además del sueldo fijo, una parte destacada del salario de Botín proviene de las dietas y comisiones que recibe por asistencia a reuniones y eventos de las comisiones directivas del banco, sumando 368.000 euros más a su compensación total. Asimismo, las aportaciones a planes de pensiones aportaron otros 1,33 millones de euros, aumentando considerablemente en comparación con ejercicios previos, exactamente un 17 % más.
Retribución variable
Sin embargo, es en la retribución variable donde se encuentra el núcleo de su compensación anual, alcanzando los 5,92 millones de euros. Esta cuantía se divide estratégicamente entre un abono inmediato y otro diferido, ambos repartidos equitativamente entre pagos en efectivo y en acciones del banco. La práctica habitual de diferir una parte importante del pago pretende alinear los intereses personales de la presidenta con el rendimiento a largo plazo de la entidad, garantizando un compromiso sostenido con la estrategia del banco y su estabilidad financiera futura.
Cabe destacar también que Ana Botín recibió 1,06 millones de euros adicionales en concepto de otras retribuciones, relacionadas principalmente con seguros de vida, servicios médicos exclusivos y otras compensaciones en especie habituales para ejecutivos de su categoría.
Otros directivos también reciben aumentos
La comparación con otros directivos del banco también es relevante, ya que permite entender cómo Santander recompensa a sus líderes. Héctor Grisi, consejero delegado del Banco Santander, recibió una compensación que superó los 8,3 millones de euros, aumentando un 22 % respecto al año anterior. Este incremento, aunque superior en porcentaje, sigue siendo notablemente menor en términos absolutos frente al salario de Botín, confirmando su posición dominante dentro de la estructura de la alta dirección del banco.