A veces es complicado relacionar lo divertido con el drama, pero hay días en los que es lo que toca. Cuesta hablar de 'La que se avecina' en términos de luto y tragedia, pero este domingo no hay otro remedio. Y es que la muerte ha azotado con fuera a una de las principales actrices del elenco de la cómica serie de televisión tan arraigada entre los telespectadores españoles.
Petra Martínez, quien representa a Doña Fina en LQSA ha tenido que despedir a su tan estimado marido, Juan Margallo, quien también ha levantado un legado en el gremio de la actuación. El cacereño nos ha dejado con 84 años de edad, tal y como ha informado su familia, después de que el pasado lunes tuviera que ser intervenido quirúrgicamente en su cadera. Una caída fue la que propició esta operación.
Y ahora, seis días después de aquello, ha brindado su último suspiro, dejando un gran dolor entre sus familiares y allegados. También entre todos sus fans, que no eran pocos, y entre los de su mujer, Petra Martínez, quien no debe estar pasando unos buenos ratos.
La trayectoria de Juan Margallo
Juan Margallo fue mucho más que un actor; fue una figura clave en la renovación del teatro independiente en España durante las décadas de 1960 y 1970. Nacido en Cáceres en 1940, su carrera estuvo marcada por su compromiso con una escena teatral crítica, innovadora y libre de las restricciones impuestas en la época.
Formó parte de colectivos teatrales emblemáticos como Tábano, El Búho y El Gayo Vallecano, con los que contribuyó a revolucionar la manera en que se concebía el teatro en España. Su labor fue fundamental en la difusión de un teatro comprometido con la sociedad, en un contexto de profundos cambios políticos y sociales en el país.
Junto a su esposa, la actriz Petra Martínez, fundó en los años ochenta la compañía Uroc Teatro, con la que llevaron a escena obras de autores de gran relevancia como Darío Fo y Roberto Athayde. Su trabajo conjunto en el ámbito teatral fue reconocido en 2022 con el Premio Nacional de Teatro, destacando su “profundo y permanente compromiso con la escena”. El jurado valoró su "excelencia escénica", siempre llevada a cabo con "enorme profesionalidad y sentido del humor".
Pero Margallo no solo brilló sobre las tablas, sino que también dejó su huella en el cine. Participó en diversas producciones cinematográficas, incluyendo la icónica El espíritu de la colmena (1973), considerada una de las mejores películas de la historia del cine español. También tuvo un papel destacado en Campeones (2018), cinta que conquistó al público y la crítica, y por la que Margallo fue nominado al Premio Goya como mejor actor de reparto.
Su partida deja un vacío inmenso en el mundo del teatro y la interpretación. A lo largo de su carrera, Margallo fue un defensor de la cultura como herramienta de transformación y evolución social, algo que se reflejaba en cada una de sus interpretaciones. Su legado permanecerá vivo en la memoria de aquellos que admiraron su talento y su compromiso con el arte.