La temporada que está culminando el Girona FC ya es mucho más que histórica, es todo un hito para la ciudad y, por extensión, para toda Catalunya. El equipo acaba de certificar su clasificación para la próxima edición de la Champions.
Los seguidores del Girona están viviendo un sueño del cual no quieren despertarse. Para ellos, esta temporada se debería alargar eternamente. Con el reto de clasificarse para UCL conseguido, el próximo objetivo del club es certificar la segunda plaza en la Liga, hecho que significaría la consolidación de dos nuevos aspectos inéditos y asombrosos: participar en la Supercopa de España y quedar por encima del F. C. Barcelona en la clasificación, convirtiéndose en el primer equipo catalán que lo consigue tras 82 años.
Unos resultados que no son precisamente fruto de la casualidad; el equipo practica un juego muy vistoso, la calidad y el estilo son incontestables, sus futbolistas disfrutan y hacen disfrutar, como en los mejores tiempos del Barça de Guardiola. Y todo ello tiene un máximo artífice, el entrenador de Vallecas Miguel Ángel Sánchez Muñoz, más conocido como Míchel. Él y su forma de entender el juego, la capacidad para transmitir sus intenciones a los jugadores, el hecho de jugar bien como sinónimo ganador... es el gran entrenador de este equipo histórico.
El ídolo que vino de Vallecas
Míchel se ha convertido en un ídolo absoluto para los gerundenses. Y lo es por lo que ha conseguido en los terrenos de juego, y en su adaptación a una ciudad tan distinta del barrio madrileño de Vallecas. Consciente de que la adaptación y aceptación pasan por respetar la cultura y la idiosincrasia de la tierra que lo ha acogido, Míchel ha tenido claro desde el principio que una de las bases en su integración ha pasado por aprender el primer idioma oficial de la ciudad. Nunca ha tenido ningún reparo con el catalán, todo lo contrario, se ha esforzado en hablarlo a pesar de las dificultades, y cada vez lo hace mejor. Un gesto que lo dignifica, y uno de los aspectos que ha compartido con el famoso periodista Jordi Basté en la antena de RAC1 a través del programa referencial El món a RAC1.
A lo largo de una entrevista de casi 25 minutos, durante la cual tan solo se ha expresado en catalán, Míchel todavía ha ganado más adeptos, y su club de fans parece imparable. "Lo tuve muy claro desde el primer día. Por mi educación, por mis padres y por la manera como somos en Vallecas, las tradiciones y la cultura. Para mí es fácil. Es cultura. Soy mejor persona ahora que hace tres años, seguro. Puedo hablar con gente que antes no. Es muy bueno para mí. No tengo ninguna duda que es mejor hablar catalán en un lugar donde todo el mundo lo habla".
Su decisión de expresarse en catalán ha sido tan natural y respetuosa que muchos no lo han entendido y lo han criticado, algo que para este estratega del futbol de 48 años, resulta incomprensible: "Es difícil para mí pensar en nada malo de esta situación. Hay gente que lo piensa, y no lo entiendo. Lo tuve claro. Como entrenador es difícil expresarte en un idioma que no controlas. Prefiero cagarla que no hacerlo, aunque sea más fluido para mí hablar en castellano".
Míchel ha conquistado el corazón de toda Catalunya. Es un tipo claro y transparente, simpático y respetuoso, un entrenador excepcional y un defensor del catalán. Y todo ello a pesar de su procedencia. Sin duda, un gran ejemplo que ojalá muchos se animen a imitar.