La imagen de la reina Camila ha cambiado radicalmente en las últimas décadas. La que en su día fue una figura cuestionada por el público y los medios, hoy es una consorte consolidada, respetada y condecorada como pocas en la historia.
A sus 78 años, y tras una vida alejada de los moldes de la realeza, Camila ha logrado reescribir su papel dentro de la institución. Con el paso del tiempo, se ha convertido en un símbolo de estabilidad en el reinado de Carlos III.

El gran cambio de Camila: de amante a reina respetada
Durante los años noventa y los primeros 2000, Camila vivió bajo la sombra de los titulares más duros. Su relación con el entonces príncipe de Gales fue uno de los episodios más controvertidos de la familia real.
Le costó años desprenderse de la etiqueta de "la amante" y ganarse el reconocimiento de la opinión pública. Pero su actitud, su apoyo a Carlos III y su papel discreto fueron poco a poco cambiando esa percepción. Incluso Isabel II expresó su respaldo a Camila como futura reina consorte.
Hoy, el panorama es completamente distinto. La reina Camila ha recibido ya más de treinta condecoraciones oficiales, lo que la convierte en la consorte más reconocida de las últimas generaciones.

Ha superado en número de distinciones a figuras históricas como la Reina Madre o la reina Mary. Aunque el duque de Edimburgo alcanzó el medio centenar de títulos, hay que tener en cuenta que acompañó a Isabel II durante setenta años.
Camila, en cambio, lleva menos de tres años como reina. Aun así, en ese breve tiempo ha acumulado un número notable de distinciones, lo que refleja tanto su implicación institucional como el esfuerzo por consolidar su imagen pública.

Máxima emoción para la reina Camila tras lo último
El último reconocimiento llegó en vísperas de su 78 cumpleaños. Y es que fue nombrada vicealmirante honoraria del Reino Unido, un título con un fuerte valor simbólico. Aunque es una distinción ceremonial, se trata de un rango militar de alto nivel dentro de la Marina Real Británica.
Además, ninguna reina consorte había ocupado antes ese puesto. El gesto subraya su creciente protagonismo institucional y su implicación con organismos clave del país.

Este esfuerzo por reconocer a Camila también puede leerse como un intento del rey Carlos III de consolidar su legado. Sabe que su reinado será más corto por cuestiones de edad, y busca dejar a Camila en una posición de prestigio dentro de la historia de la corona.
Camila ya no es la figura polémica de hace años. Con el tiempo, ha conseguido transformar su imagen. Hoy, la reina Camila es una pieza clave tanto en el presente como en el futuro de la monarquía británica.