Los hechos pasaron hace tiempo pero muchos catalanes, especialmente aquellos más nacionalistas, todavía recuerdan la afrenta de Masterchef hacia un símbolo muy emblemática de Cataluña.
Es habitual ver bares y cafeterías españolas que anuncian “pan tumaca” para desayunar. No es tan normal ver esa etiqueta en un programa de televisión. Y menos si este espacio es Masterchef y uno de sus presentadores es un prestigioso cocinero catalán. El “pan tumaca” de los bares y restaurantes españoles consiste en servir al comensal unas tostadas y un cuenco con tomate rallado o triturado. Nada que ver con el tradicional pan con tomate de toda la vida en el que este producto se frota sobre el pan y después se añade un chorro de aceite y un polvo de sal.
Es un programa de cocina emitido en Televisión Española en el que los concursantes rivalizan entre ellos para conseguir ser el ganador o ganadora. El prestigioso cocinero catalán con tres estrellas Michelin, Jordi Cruz, es uno de los presentadores y miembros del jurado. Por eso ha sorprendido que se haya utilizado ese nombre. Era el mismo día en que los concursantes hacían la prueba de exteriores en Barcelona. Todo un insulto en Cataluña y en la gastronomía catalana. Y peor aún. Quien hizo el plato es una chica catalana, Amelicius.
Jordi Cruz sabe perfectamente que se llama pan con tomate y no ese invento extraño. Hecho que ha provocado muchas críticas tanto a él como responsables de la dirección del programa: “tantos catalanes en Masterchef e insulte de esta manera su lengua y sus raíces…”. Los participantes visitaron el Mercado de Sant Antoni y se encontraron con la entonces alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, que tuvo unas palabras hacia ellos y los recibió con los brazos abiertos. Jordi Cruz pronunció algunas palabras en catalán, concretamente dio la “bienvenida” a aquellos que son de Barcelona. No se extralimitó, no fuera que a los espectadores españoles les silbaran los oídos.
Historia del 'pa amb tomàquet'
La historia del 'pa amb tomàquet' se remonta a la introducción del tomate en Europa tras el descubrimiento de América. Sin embargo, su popularización en Cataluña, según algunos relatos, no ocurrió hasta el siglo XVIII o XIX. Este plato surgió como una forma práctica de aprovechar el pan duro y los tomates maduros, ingredientes comunes en las casas rurales catalanas. Con el tiempo, el 'pa amb tomàquet' ganó popularidad, pasando de ser una receta rural a un elemento básico en los hogares y restaurantes de toda Cataluña. Se convirtió en un acompañante indispensable de muchos platos, desde embutidos y quesos hasta carnes y mariscos.
Más que un simple plato, el 'pa amb tomàquet' se ha convertido en un símbolo de la identidad catalana. Es un recordatorio de la importancia de la cocina en la vida cotidiana catalana y de cómo platos simples pueden tener un gran valor cultural y emocional.