El cocinero y presentador Marc Ribas ha vuelto a situarse en el centro del debate mediático. El egarense, conocido por su trayectoria televisiva y gastronómica, habló en el programa Versió Estiu de RAC1. Lo hizo con el tono directo que lo caracteriza y dejando mensajes que no han pasado desapercibidos.
El chef catalán, que comenzó en el restaurante Capritx y hoy lidera El Ciri en Terrassa, insistió en que el catalán ha recibido más impulso desde Joc de Cartes que desde muchos otros formatos. Según Ribas, esto explica por qué algunos concursantes no son cocineros, sino otros trabajadores de los restaurantes.
El catalán como condición en el concurso televisivo
Durante su intervención, Ribas explicó que la lengua es un requisito fundamental. Según él, la organización prefiere que los concursantes se expresen en catalán antes que priorizar estrictamente el rol de cocinero. “A veces el chef sabe mucho de cocina, pero no habla catalán”, detalló ante los micrófonos.

Por este motivo, algunos programas han contado con gerentes, jefes de sala o trabajadores que dominan mejor la lengua, aunque no estén al frente de los fogones. Ribas remarcó que esto evidencia la voluntad de fomentar la lengua propia en un formato de gran audiencia.
Precariedad laboral en la restauración
Más allá de la cuestión lingüística, el cocinero cargó contra la situación laboral del sector. Denunció que muchos trabajadores acumulan jornadas de 60 horas y solo cobran 40 oficiales. El resto se les paga en negro, perpetuando una situación de explotación inaceptable.

“Hacer 60 horas y que solo te reconozcan 40 no puede pasar”, afirmó con contundencia. Ribas cree que estas prácticas explican por qué muchos restaurantes tienen dificultades para encontrar personal. “Es normal que nadie quiera trabajar así, sin condiciones dignas”, añadió.
Productos semi-preparados y la responsabilidad del cliente
Otro de los puntos que trató Ribas es el uso de productos semi-preparados. Según él, demasiados establecimientos optan por esta fórmula para reducir costos y ahorrar tiempo en la cocina. Sin embargo, eso desvirtúa la esencia de la gastronomía y engaña al cliente que paga por una experiencia auténtica.
“El problema es que no queremos pagar lo que realmente vale un plato hecho de verdad”, advirtió. Para el presentador de Joc de Cartes, la solución pasa por concienciar a los consumidores y hacerles entender el valor real de un plato elaborado completamente por un equipo de cocina.
El compromiso de Ribas con el sector
Ribas no se quedó solo en la crítica. Subrayó la necesidad de un cambio estructural dentro de la restauración catalana. Esto implica, según él, dignificar sueldos, regular horarios y asegurar transparencia contractual. Solo así se podrá garantizar que el sector continúe atrayendo nuevos profesionales con vocación.
También remarcó que la televisión tiene un papel clave en este proceso. “La visibilidad que damos a la cocina catalana debe servir para normalizar buenas prácticas”, indicó. Según Ribas, la cultura gastronómica y la lengua deben ir de la mano para reforzar la identidad del país.
Un mensaje que genera debate
Las declaraciones del cocinero provocaron un eco inmediato en las redes sociales. Muchos espectadores aplaudieron su valentía por denunciar la precariedad laboral y por poner el foco en la lengua. Otros, en cambio, criticaron que se utilice un programa de entretenimiento para hacer reivindicaciones políticas y sociales.
Sea como sea, Ribas ha conseguido nuevamente que Joc de Cartes traspase el ámbito gastronómico y se convierta en un espacio de debate sobre el catalán y las condiciones laborales. El chef no se esconde y continúa fiel a su estilo directo y comprometido con la sociedad.