En la familia Clotet-Borràs nada parece escogido al azar, ni siquiera los nombres. La pareja, volcada en lo creativo, apostó por dos opciones sonoras y poco comunes que han despertado curiosidad. Entre su discreción y el altavoz mediático, esas elecciones son ya señales de identidad compartida. Su origen y contexto explican por qué resuenan con tanto carácter entre seguidores y prensa.
Juna, el guiño a junio y a la idea de juventud
La primogénita nació en 2015 y lleva un nombre breve, dulce y muy poco común. Juna se asocia en varios registros con June, el mes de junio, y con la raíz latina “iunior”. Esa doble lectura, calendario y juventud, explica buena parte de su atractivo y de su musicalidad cotidiana. La prensa catalana ha destacado precisamente ese significado ligado a lo fresco y renovador.
La rareza del nombre también es noticia en sí misma dentro de Catalunya. Según los datos abiertos del Institut d’Estadística de Catalunya, hay apenas 167 mujeres registradas con Juna en todo el territorio. La distribución es desigual por provincias, con mayor presencia en Barcelona y Girona, lo que confirma su condición minoritaria. Elegirlo no es casualidad, y refuerza esa voluntad de diferenciar sin caer en la excentricidad vacía.

Jael, raíz hebrea y un significado de fuerza que trasciende géneros
El pequeño de la casa llegó en 2019 y responde al nombre de Jael, de raíz bíblica. La tradición hebrea lo relaciona con el íbice o cabra montés, símbolo de agilidad y valentía, y también se ha interpretado como “la que asciende”. Ese poso histórico y su uso unisex han extendido el nombre por distintas culturas, manteniendo siempre un aire singular. La combinación de brevedad y potencia lo vuelve especialmente recordable.
En Catalunya su presencia es discreta y aparece tanto en registros femeninos como masculinos, siempre con baja frecuencia. Las series del Idescat muestran que Jael gana tímidamente terreno en las últimas décadas, aunque continúa lejos de los listados más populares. Es justo lo que sugiere el perfil del nombre en la comunidad: una elección rara y significativa, perfecta para una familia poco convencional.
Cómo encajan estos nombres en el relato familiar de Clotet y Borràs
Clotet y Borràs han reflexionado públicamente sobre la crianza, también a través de su serie “Esto no es Suecia”. En entrevistas han contado que la llegada de los hijos les obligó a replantearlo todo, con humor y autocrítica, y con una mirada menos idealizada de la paternidad. Ese espíritu parece dialogar bien con nombres que huyen de la norma y reivindican personalidad propia desde la cuna. La coherencia estética y vital se nota.

La cronología íntima que han compartido los medios ayuda a enmarcar el tema sin invadir su privacidad. Las piezas de perfil publicadas en 2023 ya recogían los nombres y las fechas de nacimiento de ambos niños. El retrato que se dibuja es el de una pareja estable, muy activa en lo creativo y con una apuesta consciente por símbolos cargados de sentido. De ahí que el detalle onomástico cobre valor informativo y cultural.
Cuando trascendieron los nombres, se subrayó su originalidad frente a las listas más repetidas. Precisamente ese contraste, presentaba a la pareja como ejemplo de una tendencia que busca identidad. Juna y Jael son algo más que etiquetas bonitas, conectan con la juventud, la naturaleza y la fuerza, y además se mantienen poco frecuentes en Catalunya. En tiempos de uniformidad, la elección reivindica singularidad consciente y encaja con la narrativa pública de la pareja.