Cada año, cuando se acerca el 31 de diciembre, las miradas de millones de españoles se centran en la Puerta del Sol o cualquier enclave elegido para despedir el año. Y, junto con el interés por conocer qué cadena triunfará en audiencias o qué estilismo sorprenderá más, surge una pregunta muy frecuente: ¿cuánto cobran los presentadores de las Campanadas?
Las cifras varían de una cadena a otra y también dependen de la popularidad y el caché de cada personaje televisivo. Algunas cantidades se hacen públicas, mientras que otras se basan en filtraciones, estimaciones o informaciones no oficiales. A continuación, se exponen los principales sueldos que se manejan para la última Nochevieja.
Cristina Pedroche: un acuerdo global con Atresmedia
Cristina Pedroche es uno de los rostros más icónicos de la noche de Fin de Año. Sus estilismos suelen dar mucho que hablar y, según se ha publicado en diversos medios, habría llegado a cobrar hasta 60.000 euros por dar las Campanadas. Sin embargo, la propia presentadora ha explicado en reiteradas ocasiones que esa cifra no es exacta, ya que lo que realmente tiene es un contrato global con Atresmedia, del que forma parte tanto este trabajo como otros proyectos dentro de la cadena. Según sus propias palabras, “tengo contrato de cadena con Atresmedia y todos mis trabajos —incluidas las Campanadas— entran dentro de mi sueldo mensual”.
Alberto Chicote: un fijo en Antena 3 con posible récord
Al igual que Cristina Pedroche, Alberto Chicote es uno de los pilares de las Campanadas en Antena 3. Fuentes no oficiales apuntan a que el cocinero podría rondar los 30.000 euros por presentar la retransmisión de fin de año. De confirmarse, estaría en la línea de lo que en su día se dijo que cobró Risto Mejide en su debut en Mediaset, que se especuló que rondaría los 25.000 euros. Comparativamente, en aquel momento, Mariló Montero, la copresentadora, habría recibido unos 15.000 euros, situándose como una de las peor pagadas.
Laura Escanes y Miki Núñez: la apuesta de TV3
TV3 volvió a confiar este año en la dupla formada por Miki Núñez y Laura Escanes. Tras la buena acogida de 2023, la influencer y el cantante han repetido experiencia en la autonómica catalana. Según la propia Laura Escanes, en un directo de redes sociales, su retribución está muy por debajo de los grandes rostros nacionales: “Es una televisión pública, no me pagan mucho dinero. Creo que unos 5.000 euros”. Con estas declaraciones, Escanes puso sobre la mesa la considerable diferencia que existe entre cadenas estatales y autonómicas en lo que respecta a las Campanadas.
El fenómeno Broncano-Lalachús en La 1
La gran sorpresa de este año llegó de la mano de David Broncano y Lalachús, que se convirtieron en la emisión más vista de la Nochevieja con un 31,2% de share y 4,8 millones de espectadores. Aunque todavía no se han hecho oficiales las cantidades, se presume que sus sueldos podrían acercarse a los 25.000 euros que cobraron en su día otros presentadores de La 1, como Ramón García, Ana Mena o Jenni Hermoso, según se conoció en una resolución de Transparencia difundida por ‘The Objective’.
¿Quién se lleva la mejor parte?
A pesar de no liderar las audiencias este año, Alberto Chicote y Cristina Pedroche siguen siendo, sobre el papel, los mejor pagados de la noche gracias a los contratos con Atresmedia. Sin embargo, la aparición de David Broncano y Lalachús ha agitado el panorama, logrando un éxito de share que podría revalorizar sus nóminas en próximas ediciones.
En definitiva, presentar las Campanadas se ha convertido en un auténtico caramelo para los rostros populares de la televisión, pues combina elevadas cotas de audiencia con la oportunidad de sumar un buen pellizco a sus ingresos anuales. Mientras algunos disfrutan de grandes contratos de cadena, otros encuentran en la televisión pública autonómica una oportunidad con menor remuneración pero con un potencial creciente de proyección mediática. De cara al próximo fin de año, sin duda, las especulaciones y la curiosidad por descubrir quién presentará las Campanadas y por qué cantidad volverán a centrar buena parte del debate en redes sociales y medios de comunicación