La fama es una de las cosas más buscadas de la sociedad. La sensación de poder que otorga ser medianamente conocido es una noción que busca conseguir la mayoría de la población para sentirse persona. Normalmente, va acompañada de lujos, dinero y privilegios.
Sin embargo, trae consigo muchas polémicas a las que los famosos se tienen que afrontar. Una de ellas es estar constantemente en el foco mediático que no perdona ninguna de las acciones que puedan protagonizar. Por ello, las personas de la Familia Real están constantemente protegidas para no participar en escándalos públicos.
El caso Nóos
A pesar de ello, hubo un momento que estuvo a punto de estallar uno de los escándalos que hubiera hecho temblar los cimientos de España. El caso Nóos fue uno de los sucesos en los que la corrupción tocó a la puerta de la familia de Borbón. La relación de la Infanta Cristina con los acontecimientos hubiera sido una deshonra para los Reyes españoles.
Para quien no lo conozca, el caso Nóos fue un escándalo de corrupción que se basaba en el desvío de fondos públicos. Fundado por Iñaki Urdangarin, el Instituto Nóos se habría llevado 4,5 millones de euros del Gobierno Valenciano, Balear y de la Candidatura Olímpica de la Ciudad de Madrid. Los hechos tocaron la reputación de la Infanta Cristina, en ese entonces mujer de Urdangarin.
La jugada de Juan Carlos para salvar a la Infanta Cristina
Según cuenta Robert Rodríguez en ElNacional.cat, cuando Juan Carlos se enteró de los acontecimientos buscó a una persona para cargar con la culpa. La "cabeza de turco" acabó siendo Iñaki Urdangarin que no solo aceptó la pena de prisión por amor. Ya que el Rey Juan Carlos le prometió una vida cómoda, sin dificultades económicas a cambio de su silencio.
Como cuenta el periodista, Urdangarin ingresó en prisión con las facilidades que le había dado el Rey. Por lo que se dice, ahora Iñaki cuenta con un sueldo vitalicio de entre 25.000 y 50.000 mensuales.
Las consecuencias del movimiento
La relación entre la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se rompió a finales del mes de enero de este año. El hombre se fue con Ainhoa Armentia, con quien se están reformando una casa en Vitoria.
Con la jugada, Urdangarin se aseguró de tener estabilidad económica después de divorciarse y la Infanta se salvó de ser la deshonra de la familia. El movimiento puso en jaque a la familia de Borbón, pero se supo recomponer. Parece que no hay nada, que no pueda salvar el dinero.