Una persona sosteniendo una cámara con un gran objetivo en primer plano y una mujer joven sonriendo al fondo.

Las juergas de Leonor de Borbón, compañeros hablan, a la altura de Juan Carlos I

Las filtraciones son constantes

La monarquía española, siempre bajo el escrutinio público, enfrenta un nuevo capítulo que pone en entredicho su cuidadosamente construida imagen de sobriedad y compromiso institucional. Mientras la Casa Real proyecta a la princesa Leonor de Borbón como una heredera disciplinada, dedicada a su formación militar en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, recientes revelaciones sugieren que la joven de 19 años está más cerca de emular las polémicas juergas de su abuelo, Juan Carlos I, que de cumplir con las expectativas de una futura reina.

El revuelo comenzó con filtraciones de compañeros de la princesa, quienes, en círculos cerrados, han compartido detalles de sus noches de fiesta durante la travesía del Elcano. Estas historias, que han llegado a medios como El Nacional.cat, pintan un retrato de una joven que, lejos de la rigidez militar, se entrega a momentos de descontrol que han requerido intervención de sus escoltas. 

Noches de excesos en alta mar

La travesía del Juan Sebastián Elcano, iniciada el 11 de enero de 2025 desde Cádiz, es una etapa clave en la formación militar de Leonor, diseñada para forjar su carácter como futura jefa de Estado. Sin embargo, durante las escalas en países como Uruguay, Chile y Brasil, la princesa ha protagonizado episodios que distan mucho de la disciplina esperada.

Un hombre en traje levanta la mano frente a un edificio mientras un emoji de enojo flota a su lado.
Montaje en el que se ve la Zarzuela, el Rey Juan Carlos y una cara de enfado | Casa Real, XCatalunya

Según fuentes cercanas a la tripulación, Leonor ha participado en salidas nocturnas que terminaron en excesos etílicos, con comportamientos que sus compañeros describen con el término irónico “chisposo” para referirse a su estado tras varias copas.

Uno de los incidentes más comentados ocurrió en Punta Arenas, Chile, donde la heredera mostró una actitud desinhibida que sorprendió a los presentes. Testigos aseguran que, tras una noche de fiesta, necesitó ayuda de sus escoltas para regresar al buque, un episodio que recuerda las intervenciones discretas que solían encubrir las andanzas de Juan Carlos I.

En Brasil, antes del carnaval, otra salida nocturna terminó en un regreso caótico al alojamiento, lo que provocó una reprimenda oficial del equipo de coordinación. En Uruguay, imágenes filtradas de Leonor en la playa fueron interpretadas como un intento de la Casa Real por desviar la atención de una fiesta improvisada que derivó en un botellón en la costa.

Estos episodios no son aislados. En Marín y Zaragoza, durante su formación previa, el personal de seguridad ya había intervenido para evitar que sus escapadas nocturnas llegaran a los titulares. La repetición de este patrón ha generado malestar entre algunos mandos del Elcano, quienes, aunque mantienen el silencio oficial, expresan en privado su frustración por la actitud despreocupada de la princesa.

Un informe confidencial, según rumores, habría llegado a Letizia Ortiz, detallando las travesuras de su hija, lo que pone en evidencia las dificultades de la Casa Real para controlar a una joven que parece disfrutar desafiando los límites.

Declaraciones oficiales y reacciones: silencio y críticas

La Casa Real ha optado por su estrategia habitual: el silencio. No ha emitido comunicados sobre los incidentes, confiando en que la maquinaria mediática de Zarzuela mitigue el impacto. Sin embargo, las filtraciones de compañeros y las publicaciones en medios como Don Balón han roto esa barrera, llevando la historia al dominio público.

Cabreo en Elcano con Leonor
Montaje con una imagen de Leonor de Borbón y un emoticono con cara enfadada sobre fondo verde | Canva

En redes sociales, el debate es intenso. Algunos usuarios defienden a Leonor, argumentando que, a sus 19 años, es natural que quiera disfrutar como cualquier joven. Un comentario en X señalaba: “Dejen a Leonor en paz, es una chica joven, no una monja”. Otros, sin embargo, son más críticos: “Si va a ser reina, que empiece a comportarse como tal, no como su abuelo”.

La comparación con Juan Carlos I es inevitable y devastadora. El rey emérito, cuyo reinado estuvo marcado por escándalos de corrupción y excesos personales, dejó un legado que la monarquía aún lucha por superar.

Que Leonor, en plena formación, sea asociada con su carisma fiestero pero también con su falta de contención, es un golpe duro para la imagen de renovación que Felipe VI y Letizia han intentado construir. Mientras algunos compañeros ven en ella a una joven que busca liberarse de la rigidez monárquica, otros consideran que su comportamiento es irresponsable para alguien destinada a liderar un país.