Quim Masferrer recorre los teatros catalanes con su espectáculo Bona gent. En cada función baja del escenario a charlar con el público asistente. Su estilo cercano facilita que surjan confidencias que sorprenden y conmueven. Esa complicidad convirtió un instante en viralidad y aplausos espontáneos.
En una de las últimas sesiones en Besalú, el presentador vivió uno de esos momentos únicos. Se encontró con un joven brasileño conocido como Gena, residente en São Paulo. El chico había viajado a Catalunya para conocer mejor un país que le apasiona profundamente. Su testimonio arrancó aplausos admirados e incluso alguna “piel de gallina”.
Aprender catalán sin profesores presenciales
Cuando Masferrer le preguntó cómo había aprendido el idioma, Gena respondió con naturalidad: “He aprendido catalán viendo TV3”. Reveló que, al no haber muchos profesores de catalán en Brasil, recurrió a la televisión. Mencionó que empezó con Merlí, siguió con El Foraster, y también vio Tor. Esa dedicatoria desató una ovación del público impresionado.

El presentador se emocionó sinceramente ante esa entrega autodidacta. Comentó divertido y sorprendido que “cuando ves gente que lleva años aquí sin hablarlo, piensas ‘madre mía’”. Este contraste hizo que muchos espectadores se sintieran conmovidos por el gesto del brasileño.
Un elogio sentido a Catalunya
Gena aprovechó para expresar su afecto por el país y su cultura. Dijo textualmente que Catalunya es “un país muy bonito, con gente muy interesante y una cultura que debería conocerse en todas partes”. Esa frase recordó a todos el valor emocional de la lengua y la identidad compartida.

El video del momento ya supera miles de reacciones positivas en redes sociales. La entidad cultural @som3cat y varios influencers lo compartieron con admiración. Muchos usuarios comentaron que han aprendido catalán con esas mismas series y que el testimonio les reconfortó.
La historia demuestra que el catalán emociona incluso fuera de sus fronteras. Un joven extranjero dedicó tiempo y esfuerzo para aprenderlo con pasión. Ese gesto pone en valor la fuerza cultural de la televisión. También recuerda que la lengua es un puente que conecta mundos distintos.
Un momento que emociona en Besalú
El caso ha abierto un debate en la sociedad catalana. Muchos ciudadanos reflexionan sobre el compromiso con el propio idioma diario. Resulta llamativo que alguien desde Brasil lo valore con tanta intensidad. La lección es clara: cuidar la lengua depende de todos nosotros.
El episodio refuerza la importancia de preservar espacios culturales en catalán. La televisión pública se convierte en herramienta pedagógica y vínculo identitario colectivo. Ver a un brasileño hablando la lengua refuerza el orgullo comunitario compartido. No es solo un aplauso, sino un mensaje de esperanza.