Hombre con gafas y barba sonríe frente a un micrófono rojo, con una heladería de fondo.

Jordi Basté destapa lo que muchos piensan sobre la catalanofobia: 'Helado de...'

El periodista de Rac1 sigue de vacaciones hasta finales de agosto

Todo el mundo ya sabe qué ha pasado. Una heladería de Gràcia en Barcelona amaneció cubierta de pintadas contra el establecimiento, tras su episodio de supuesta catalanofobia. Al parecer, según la versión de un cliente, el establecimiento se negó a atenderlo en la lengua de Catalunya.

Las reacciones no tardaron en llegar. El perioidsta de Rac1, Jordi Basté, irrumpió con su humor característico para convertir un helado en el símbolo de una realidad política. El giro final, con su “hábleme en cristiano” aplicado al sabor “fresa”, desató aplausos, críticas y reflexiones.

¿Qué sucedió en la heladería?

Durante la Fiesta Mayor de Gràcia, un trabajador del local Helados Dellaostia increpó a la pareja del conseller de ERC, Guillem Roma, por hablar en catalán. La acusó de “maleducada” y se justificó diciendo “estamos en el Reino de España”. Al día siguiente, el local amaneció con grafitis y adhesivos como “este local no respeta el catalán”. La denuncia de Roma desató una cascada de reacciones en redes y medios, y se formalizaron reclamaciones ante organismos públicos.

Jordi Basté en los estudios de RAC-1
Jordi Basté | Instagram, @jordibaste

La réplica viral de Basté: ironía que habla más fuerte que un discurso

Mientras Basté disfrutaba de vacaciones y helados tras su cobertura desde Las Vegas, reaccionó con ingenio. En un tuit enumeró sabores comunes con sus equivalentes en catalán–castellano: nata, torró/turrón, xocolata/chocolate, orxata/horchata... Y remató con un “Fresa – ‘hábleme en cristiano’”, un golpe de sarcasmo que dejó huella. La frase condensó la frustración de muchos al comprobar lo absurdamente innecesaria que resulta la histérica defensa del castellano en contextos plurilingües.

Respeto por el catalán y humor punzante, un binomio eficaz

El comentario desencadenó reacciones en redes: desde personas que decían que con “nata ya les dicen que no entienden”, hasta observaciones jocosas como “Helado de Ratafia les explota la cabeza”. Basté expuso cómo la lengua se convierte en arma, y cómo el humor puede ser una herramienta poderosa para denunciar sin perder elegancia.

Cada día son más los episodios de catalanofobia

Este episodio nos recuerda que una palabra, una lengua o un helado pueden encarnar debates mayores. Jordi Basté lo convirtió en un relato que sí se sostiene en el humor, en la verdad y en la denuncia sutil. Su “hábleme en cristiano” fue más que una broma. Es un espejo de nuestra convivencia fracturada.

Jordi Basté y los jugadores del Barça celebrando la Copa
Jordi Basté | FCB, Canva

Hay que acabar con la catalanofobia en la administración, en los juzgados. También en la sanidad y en cualquier negocio abierto al público que esté ubicado en Catalunya o en otros puntos de los Països Catalans.