Una mano humana y una mano robótica tocan un cerebro dividido en dos mitades, una con circuitos y otra con líneas curvas, junto a un ícono de lápiz.

Una ilustradora experta en Inteligencia Artificial te da 3 consejos clave

Cómo identificar imágenes generadas por IA según la artista Laia Baldevey

Desde hace años, detectar imágenes generadas por IA se ha convertido en todo un reto. La ilustradora catalana Laia Baldevey aporta ahora una perspectiva profesional para aprender a diferenciar lo real de lo digital. Sus tres consejos clave van más allá de los clásicos errores manuales de seis dedos y ofrecen pistas más sutiles y efectivas.

Los tres detalles que revelan una imagen artificial

La primera señal clara que destaca Baldevey es la textura. Según la artista, las texturas generadas por IA tienden a ser homogéneas y poco detalladas. La piel se ve excesivamente suave y la ropa carece de relieve o detalle realista. Aunque estos defectos pueden parecer sutiles, son evidencia de que no fue creada por una mano humana.

Además, el color tiene un papel clave. Baldevey observa que muchas imágenes AI reproducen tonos apagados, cercanos al marrón o el sepia, evocando estilos antiguos en vez de riqueza cromática natural. Este patrón cromático se repite especialmente en ilustraciones generadas con herramientas como Firefly o Midjourney.

Representación digital de un cerebro flotando sobre un microchip en un entorno tecnológico.
Los retos que plantea la inteligencia artificial | Just Super

Por último, menciona la perspectiva como un fallo frecuente. Aunque a simple vista todo puede parecer bien encuadrado, en realidad hay incoherencias en la escala o en los puntos de fuga que delatan la artificialidad de la composición.

Baldevey advierte de riesgos éticos y laborales

En su intervención en el programa Via Lliure de RAC1, Laia remarca que no cuestiona la utilidad de la IA como herramienta creativa: “no la condena”, pero lo hace con matices. Su preocupación se centra en el vacío regulatorio actual y su impacto sobre las profesionales del arte. Baldevey alerta del peligro real.

La IA está absorbiendo trabajos tradicionales sin controles que protejan el valor y la autoría del trabajo humano. Esta advertencia llega justo cuando la industria creativa debate sobre derechos de autor, uso de datasets no autorizados y la protección de ilustradores frente al uso masivo de modelos generativos.

Un ojo humano rodeado de gráficos y elementos digitales en tonos azules.
Una mirada artificial que cada vez se parece más a la humana | ismagilov

Gracias a estas claves prácticas, cualquier usuario puede entrenar su mirada crítica. Aunque las herramientas más recientes como Midjourney o Stable Diffusion reducen los errores más evidentes -como extremidades extras-, elementos como textura, tono y composición siguen siendo vulnerables.

Qué hacer delante de un caso sospechoso

Aplicar estos consejos es útil tanto para profesionales como para lectores interesados en detectar posibles falsificaciones visuales  en redes sociales, blogs o incluso prensa. Se puede tomar una imagen que se haya encontrado online y examínala con detenimiento. Algunos de los puntos clave en los cuales es necesario fijarse para detectar si está generada de forma artificial son los siguientes.

Si la piel se ve demasiado uniforme, o si los colores recuerdan a pinturas antiguas, entonces es muy probable que no sean fruto de la creación humana. En esa misma dirección, uno debe fijarse en como de realista es la escena. Si hay objetos que no guardan proporción o perspectiva consistente, la imagen puede haber sido creada por IA avanzada.

Rostro humano azul de estilo poligonal con fragmentos y líneas que sobresalen sobre un fondo negro
El "cerebro" digital | Freepik

Así pues, el enfoque de Laia Baldevey aporta una herramienta valiosa para distinguir la autenticidad visual en un mundo saturado de imágenes generadas por IA. Tres consejos bien fundamentados, sin sensacionalismo, que abren una ventana a entender mejor cómo evolucionan las imágenes digitales. El debate en torno a la IA apenas comienza, y estos tres consejos son un primer paso para proteger el trabajo humano frente al avance imparable de la tecnología.