Hace apenas cinco años, Meghan Markle era vista como una figura transformadora dentro de la monarquía británica: una actriz estadounidense, birracial, feminista y con una carrera consolidada, que llegaba a Buckingham para modernizar una institución anclada en tradiciones centenarias.
Sin embargo, en mayo de 2025, su popularidad ha tocado fondo, y los datos no dejan lugar a dudas: según una encuesta de YouGov, solo un 20% de los británicos tiene una opinión favorable de la duquesa de Sussex, situándola por debajo incluso de figuras tan controvertidas como el príncipe Andrés.
Más problemas para Meghan Markle
El desplome de la imagen pública de Meghan no ha sido repentino, sino el resultado de una serie de decisiones y eventos que han erosionado su reputación. Tras su salida de la familia real en 2020, conocida popularmente como el "Megxit", Meghan y el príncipe Harry se establecieron en California con la intención de construir una vida independiente y alejada del protocolo real.

Desde entonces, han lanzado múltiples proyectos mediáticos, incluyendo la serie de Netflix "With Love, Meghan", que, a pesar de alcanzar el top 10 de la plataforma, recibió críticas por su falta de autenticidad y conexión con la audiencia.
Además, su incursión en el mundo empresarial con la marca de estilo de vida "As Ever" ha sido objeto de escrutinio. Aunque algunos productos, como sus mermeladas gourmet, se agotaron rápidamente, otros aspectos, como la publicación de una foto en la que se la ve cosechando verduras impecables en su jardín, han sido tachados de poco realistas y desconectados de la realidad.
Reacciones al descenso de popularidad
Las reacciones a este declive han sido variadas. Mientras algunos expertos en relaciones públicas sugieren que Meghan debería centrarse en reconstruir puentes con la familia real y mostrar una imagen más cercana y auténtica, otros consideran que su reputación podría sufrir daños irreparables si decidiera separarse de Harry. Según Ingrid Seward, editora de Majesty Magazine, "una separación no solo dañaría la reputación de Meghan, sino que también dejaría a Harry sin nada, especialmente en Estados Unidos".

En el ámbito local, su integración en la comunidad de Montecito ha sido cuestionada. Periodistas como Richard Mineards han señalado que Meghan mantiene una imagen pública muy controlada y rara vez interactúa con los residentes, a diferencia de Harry, quien es percibido como más accesible y amigable.
A pesar de estos desafíos, Meghan continúa trabajando en nuevos proyectos. Recientemente, se anunció una tercera temporada de su serie en Netflix, en la que Harry no participará, lo que ha avivado rumores sobre una posible separación profesional entre la pareja.
Cambios en la monarquía británica
El caso de Meghan Markle plantea preguntas sobre las expectativas y realidades de quienes intentan modernizar instituciones tradicionales. Es por eso que los británicos se plantean diferentes cuestiones: ¿Es posible reinventarse sin perder la esencia que enamoró al público en primer lugar? ¿Podrá Meghan reconectar con una audiencia que alguna vez la vio como un símbolo de cambio?

Lo cierto es que, en el mundo de la realeza y la fama, la percepción pública es volátil, y reconstruir una imagen dañada requiere tiempo, autenticidad y, sobre todo, una conexión genuina con el público.