La DANA que ha azotado Valencia en la última semana ha dejado a su paso un escenario de devastación y tragedia. Más de 200 personas han perdido la vida y el número de heridos y damnificados continúa creciendo. En respuesta, se ha activado un gran despliegue de voluntarios.
Bomberos y miembros de protección civil para apoyar a los afectados y realizar labores de rescate, desescombro y suministro de víveres y productos básicos. La tragedia no solo ha afectado a familias y vecinos, sino que también ha puesto en jaque la infraestructura de la región, con carreteras, viviendas y servicios públicos seriamente dañados.
La reacción de la Casa Real
En este contexto de desastre y dolor, la ciudadanía ha comenzado a cuestionar el rol de las instituciones y figuras públicas, particularmente el de la Familia Real española. Desde el Palacio de la Zarzuela, el Rey Felipe VI y la Reina Letizia han enviado mensajes de condolencia.
Pero sus palabras no han sido respaldadas con una visita presencial a las zonas afectadas. La ausencia de los monarcas en un momento tan crítico para Valencia ha sido ampliamente criticada, especialmente al coincidir con otros eventos en los que sí han participado de forma activa.
Mientras tanto, el Rey Felipe VI estaba en Sevilla, presidiendo el “I Encuentro de Ciudades Iberoamericanas”. Un evento cuyo objetivo es fomentar lazos históricos y culturales y debatir los retos de las ciudades en el siglo XXI. A pesar de la importancia de esta reunión, muchos esperaban ver al Rey en las zonas devastadas, mostrando cierta solidaridad con las víctimas y apoyo a las labores de rescate.
Sin embargo, el Rey Felipe VI ha priorizado el compromiso diplomático por encima de la crisis que atraviesa Valencia. La situación ha generado un fuerte descontento entre quienes sienten que la monarquía está perdiendo conexión con los problemas reales y urgentes que afectan a todo el país.
La vergonzosa imagen de Leonor
La princesa Leonor, heredera al trono, tampoco ha aparecido en Valencia. Aunque en los últimos meses Zarzuela ha intensificado la presencia pública de la joven. Llevándola a eventos y actos oficiales para que vaya tomando protagonismo, en esta ocasión también ha estado ausente.
Su ausencia ha resultado llamativa en un contexto en el que los futuros monarcas deberían estar presentes y conectar con la sociedad en momentos críticos.
A pesar de esta expectativa, la Princesa Leonor sí ha cumplido con su agenda en Asturias. Donde recientemente entregó los Premios Princesa de Asturias sin problemas. Sin embargo, su rol como figura pública en estos momentos trágicos parece haber sido relegado.
En contraste, la atención se ha centrado en la fiesta de cumpleaños de la princesa Leonor. El 31 de octubre, la joven celebró su 19.º cumpleaños rodeada de amigos y familiares en un ambiente íntimo, aunque cargado de simbolismo. La celebración ha sido interpretada por muchos como una muestra más de desconexión de la Familia Real con las realidades de su país.
La situación en Valencia, donde cientos de familias aún lloran a sus seres queridos y luchan por reconstruir lo perdido. Ha quedado en segundo plano mientras la monarquía se mantiene ocupada en sus compromisos de protocolo y celebraciones familiares.