En las últimas semanas, la reina Sofía ha estado atravesando un período particularmente difícil. Con 85 años, la madre de Felipe VI está preocupada por el deterioro acelerado de su hermana Irene de Grecia, a quien recientemente se le confirmó un diagnóstico de Alzheimer en fase avanzada, además de haber sufrido la pérdida de su hermano Constantino por un derrame cerebral. A todo eso hay que añadir que el estado de salud del emérito está muy deteriorado.
Pero esto no es lo único que preocupa a Doña Sofía. En primer lugar, la familia está dividida por las tensiones internas y por el alejamiento de Letizia. En segundo lugar, los escándalos del rey emérito de los últimos años, con Bárbara Rey y con otras mujeres. Según fuentes cercanas, la reina mantiene una actitud de profunda tristeza.
Un cambio de planes en la agenda de Felipe VI
En este contexto, el rey Felipe VI ha tomado la determinación de alterar algunos de sus compromisos personales para atender a su madre. De acuerdo con informaciones del entorno palaciego, el monarca tenía previsto salir este fin de semana con un grupo de amigos, plan que ha cancelado en el último momento.
Todas las tardes, antes de la cena, se desplaza a la zona del palacio donde reside Doña Sofía para intercambiar algunas palabras. Es una tradición que Felipe VI procura no eludir, consciente de los últimos reveses que han golpeado a su madre.
Una familia fracturada
La reina Sofía contempla con pesar la división que se ha instalado en la familia Borbón, sobre todo a partir de la decisión de Felipe y Letizia de marcar distancias con Juan Carlos y su entorno. La infanta Cristina ha mantenido fricciones en público y, aunque las infantas Elena y Cristina siguen estando atentas a su madre, no dejan de producirse ausencias que incrementan el aislamiento de Doña Sofía.
La preocupación en Zarzuela, Letizia la señalada
Según testimonios internos, se respira un ambiente de “alerta máxima”. La reina Sofía regresó recientemente de París, donde formó parte de los festejos del prestigioso aniversario operístico. Al volver, se la vio muy cansada, emocionalmente afectada por el intenso viaje y las circunstancias personales que la esperan en Zarzuela.
La situación ha generado un debate sobre el papel que Letizia está asumiendo en estos momentos. Algunos señalan que la relación entre suegra y nuera nunca ha sido la más cercana, y, a pesar de que la reina consorte ha asistido a actos oficiales, no se la ve demasiado involucrada en la faceta íntima con Doña Sofía.