No es habitual que Charlene de Mónaco hable públicamente sobre su vida privada. Sin embargo, esta vez ha decidido hacerlo. La princesa ha compartido detalles personales sobre cómo está criando a sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella.
Su testimonio ha llamado la atención no solo por lo poco frecuente, sino también por la sinceridad con la que ha abordado el tema. En medio de los rumores que rodean su matrimonio con el príncipe Alberto, Charlene ha querido dejar claro que su verdadera prioridad son sus hijos.
A pesar del protocolo y las obligaciones reales, la exnadadora sudafricana prioriza el vínculo familiar con sus hijos. Por eso, intenta construir con ellos una relación cercana y equilibrada, basada en la confianza y el respeto mutuo.

Charlene de Mónaco ha tomado una importante decisión con sus hijos
Charlene explicó que no trata igual a Jacques y Gabriella, ya que tienen personalidades muy diferentes. Gabriella es descrita como una niña extrovertida, curiosa y muy atenta a todo lo que ocurre a su alrededor. Jacques, en cambio, es más reservado.
La princesa lo definió como reflexivo y tranquilo, alguien que prefiere "avanzar poco a poco y sin forzar". La princesa ha dejado claro que adapta la educación de sus hijos al carácter de cada uno. No los presiona, pero sí les enseña el valor de su papel como miembros de la familia real.
Según explicó, les permite participar en actos oficiales solo cuando están preparados, para que aprendan lo que implica su apellido. Uno de los momentos más comentados de sus declaraciones ha sido su referencia directa al vínculo que tiene con Jacques, el heredero al trono.

La princesa confesó que mantiene con él conversaciones diferentes a las que tiene con su hermana. "Es muy maduro", dijo Charlene, al destacar su forma de pensar. "Observa antes de actuar", añadió, señalando que ya muestra una sensibilidad especial para su edad.
Estos momentos a solas con su hijo, según explicó, son clave para enseñarle valores, disciplina y transmitirle seguridad de cara al futuro. Como madre, asegura ser consciente de la responsabilidad que tendrá que asumir.
Con estas palabras, Charlene deja en segundo plano los titulares sobre su vida matrimonial. En cambio, se muestra como una madre centrada en preparar a sus hijos para lo que les espera, sin dejar de lado su bienestar personal.