El rey emérito Juan Carlos I con traje y corbata aparece en primer plano mientras que en un círculo rojo se muestra a Irene de Grecia con cabello canoso y blusa estampada.

Esto es lo que hizo el rey Juan Carlos con la princesa Irene cuando se quedó huérfana

La decisión del rey Juan Carlos que cambió la vida de la princesa Irene tras el fallecimento de la reina Federica

El rey Juan Carlos tomó una decisión fundamental respecto a la princesa Irene, hermana de doña Sofía, tras la muerte de su madre. Lo que hizo con Irene cuando quedó huérfana ha marcado profundamente el papel que ha desempeñado dentro de la Familia Real. Este gesto ha sido clave para que la princesa encontrara un nuevo rumbo y un espacio seguro en España.

Tras el fallecimiento de la reina Federica, la princesa Irene atravesó una situación muy delicada. El rey emérito decidió acogerla en el Palacio de la Zarzuela en 1981, ofreciéndole un refugio en medio de la incertidumbre. Esta acogida no solo fue un acto de protección, sino un compromiso que trascendió el ámbito familiar.

Irene de Grecia con cabello canoso y corto lleva una blusa con estampado azul y blanco mientras camina por la calle.
La princesa Irene, figura fundamental en la familia real | Europa Press

La princesa llegó a la Zarzuela en un estado de vulnerabilidad: sin madre, sin recursos y sin nacionalidad, debido a que el gobierno griego le había retirado su pasaporte. Al principio, se mostró muy retraída, pasando la mayor parte del tiempo enclaustrada en su habitación para no alterar la vida cotidiana de los Borbones. Esta actitud silenciosa causó cierta frustración en Juan Carlos, quien esperaba que Irene acompañara más a doña Sofía.

El rey Juan Carlos y la princesa Irene: respeto y apoyo mutuo

Con el paso del tiempo, la princesa Irene ha transformado su situación y ha adquirido un peso significativo dentro del núcleo familiar. En sus más de 80 años, se ha convertido en una pieza insustituible para la familia, especialmente para doña Sofía. Su discreción y carácter conciliador le han valido un respeto profundo por parte de todos los miembros.

Irene ha seguido un camino poco común dentro de la realeza, pues profesó la fe budista y vivió durante una década en un ashram en la India. Su estilo de vida incluye una estricta dieta vegetariana, la abstinencia del alcohol y el tabaco, y la meditación diaria. Esta singularidad no ha interferido en su relación familiar, sino que ha fortalecido su imagen como una persona especial y respetada.

La reina Sofía sonriendo y saludando con un pañuelo blanco en el cuerpo e Irene de Grecia cogiéndose a ella
La princesa Irene, apoyo clave para doña Sofía | Europa Press

El respeto que le ha mostrado el rey Juan Carlos es notable, especialmente porque Irene nunca intervino en sus conflictos matrimoniales con doña Sofía. Sus sobrinos, el rey Felipe y las infantas Elena y Cristina, la consideran un apoyo fundamental y le están agradecidos por ser el mayor sostén de su madre. Incluso la reina Letizia asistió a la celebración de su 80 cumpleaños, evidenciando la relevancia de Irene dentro del entorno real.

La vida actual de Irene en la Zarzuela y su relación con el rey Juan Carlos

Tras la muerte del rey Constantino y la ausencia prolongada de Juan Carlos en Abu Dabi, la princesa se ha convertido en el apoyo principal de doña Sofía. Ambas hermanas comparten no solo lazos familiares, sino también vocaciones solidarias a través de sus respectivas fundaciones y un enfoque espiritual similar, centrado en la meditación y las terapias naturales.

Actualmente, la princesa vive mayoritariamente en la Zarzuela, donde dispone de su propio espacio privado con todas las comodidades. Su aparición pública ha aumentado, sobre todo en actos culturales como conciertos, una pasión compartida con su hermana.

La infanta Sofía, Irene de Grecia, Tatiana Radziwill, la Princesa Leonor y la Reina Sofía llegan al restaurante
La hermana de la reina Sofía, una presencia constante en eventos familiares | Europa Press

Además, Irene participa activamente en celebraciones familiares como las vacaciones en Marivent y eventos religiosos en Palma, siempre acompañando a doña Sofía de manera discreta. Así, lo que comenzó como un acto de acogida de Juan Carlos ha consolidado a Irene como un pilar fundamental en la familia y un símbolo de estabilidad.