En los últimos meses, la figura de Juan Carlos I ha estado en el centro de numerosos escándalos. Las filtraciones de audios y fotografías del Rey Emérito junto a Bárbara Rey han generado un intenso debate público.
Estas revelaciones han alimentado rumores sobre la compleja vida personal del exmonarca, algo que él siempre trató de mantener en el ámbito privado. Los audios desvelados recientemente no solo apuntan a sus relaciones personales, sino que también destapan un tono despreocupado respecto a sus responsabilidades.
Las imágenes, por su parte, han reavivado los ecos de episodios polémicos del pasado, poniendo en cuestión su legado. Este clima de tensión se ha visto agravado por las recurrentes menciones a supuestos tratos de favor hacia Bárbara Rey.
Un golpe inesperado para el Emérito
Ahora, una nueva querella amenaza con prolongar la polémica. La denuncia ha sido presentada por un grupo de destacados juristas e intelectuales. Alegan presuntos delitos fiscales cometidos entre 2014 y 2018, años en los que el emérito ya no gozaba de inviolabilidad.
Esta acción legal marca un nuevo capítulo en el historial de controversias que rodean al monarca. La querella, impulsada por magistrados y fiscales jubilados, se centra en supuestas irregularidades en las regularizaciones fiscales del exmonarca.
Los denunciantes sostienen que los pagos realizados no se ajustaron a la legalidad, ya que se efectuaron cuando el rey tenía conocimiento de las investigaciones. Además, señalan que estas acciones fiscales no cumplieron con los requisitos establecidos por Hacienda.
El entorno de Rey Emérito Juan Carlos ha admitido que esta nueva situación podría dificultar una reconciliación definitiva con el Rey Felipe VI. Desde Zarzuela mantienen un silencio calculado, evitando cualquier pronunciamiento oficial.
A pesar de ello, fuentes cercanas aseguran que este reciente caso pone en peligro la estancia prolongada del Rey Émérito en España, algo que había empezado a considerar.
Consultas con Felipe VI
Juan Carlos habría intentado buscar el respaldo de su hijo, Felipe VI, antes de tomar decisiones sobre su regreso definitivo a España. Sin embargo, el escándalo de las irregularidades fiscales ha complicado el escenario.
La denuncia subraya que las autoliquidaciones de impuestos realizadas por el emérito no cumplen con los parámetros legales. Estas acciones fueron llevadas a cabo tras revelarse los ingresos que habría obtenido a través de la fundación Zagatka, presidida por su primo Álvaro d’Orleans.
La postura del rey emérito sigue siendo de calma aparente. Según fuentes cercanas, se encuentra sometiéndose a un tratamiento médico en Ginebra. No obstante, esta nueva querella ha trastocado los planes de normalización que él y su entorno buscaban establecer.
El reclamo de los denunciantes
Los impulsores de la querella han solicitado que el exmonarca comparezca ante la justicia para aclarar estos hechos. Argumentan que, desde su abdicación, Juan Carlos I ya no cuenta con la protección legal de la inviolabilidad.
De ser encontrado culpable, podría enfrentarse a penas de prisión y multas económicas importantes. Esta situación pone nuevamente en entredicho el papel de Juan Carlos I en la historia reciente de España.
El juicio popular sobre su figura aún no cesa, y este nuevo episodio promete añadir aún más leña al fuego de una polémica que parece no tener fin.