Aunque es uno de los rostros más conocidos de la monarquía española, la infanta Elena mantiene su vida privada con mucho recelo. Años atrás, su presencia pública era casi inexistente, pero últimamente ha aumentado su aparición en actos oficiales.
Sin embargo, poco se sabe sobre su día a día, y mucho menos sobre el hogar donde ha pasado la última década. Ahora, desvelamos detalles de su residencia en el corazón de Madrid.

La vivienda de lujo de la infanta Elena
La casa donde vive la infanta Elena está situada en el exclusivo barrio Niño Jesús de Madrid. Esta propiedad, adquirida hace más de una década, cuenta con unos 500 metros cuadrados distribuidos en cinco dormitorios y cuatro baños. La infanta comparte el hogar con su hija Victoria Federica, disfrutando de un ambiente cómodo y luminoso.
Ubicada en la primera planta de un edificio de 1978, la vivienda ofrece la privacidad que Elena valora. Solo hay dos viviendas por planta, lo que garantiza tranquilidad y discreción. Grandes ventanas y varios balcones llenan de luz natural cada estancia del piso, creando un ambiente acogedor.
El edificio también dispone de piscina, jardín comunitario, garaje y portero físico, elementos que aumentan el confort y la seguridad. A pesar de estar en una zona céntrica, el barrio Niño Jesús es conocido por su calma y privacidad. Esto aleja a la infanta del bullicio y de miradas indiscretas.

Un regalo del rey Juan Carlos y una vida de cambios
Este lujoso piso no es un hogar cualquiera, sino que fue un regalo del rey Juan Carlos a su hija Elena. La propiedad estaba valorada en 1,8 millones de euros en el momento de la entrega. Desde entonces, ha sido testigo de numerosos momentos familiares, algunos marcados por la polémica.
Durante el confinamiento, la infanta permaneció en esta vivienda, desde donde mostró su apoyo a los sanitarios colgando banderas de España. En 2022, sin embargo, tuvo que mudarse temporalmente a un piso cercano debido a una reforma integral. La causa fue un problema de humedad que afectó la vivienda y obligó a realizar importantes reparaciones.
Este traslado duró nueve meses, tiempo en el que se hicieron mejoras para renovar y modernizar el hogar. La infanta aprovechó la oportunidad para adaptar la casa a sus necesidades actuales. El regreso a la vivienda fue un alivio para ella y su familia.
Reformas necesarias y regreso a un hogar renovado junto a su hija Victoria Federica
A finales de ese mismo año, la infanta regresó a su hogar en el barrio Niño Jesús, completamente renovado y más confortable. Desde entonces, sigue viviendo allí junto a su hija Victoria Federica, disfrutando de un ambiente familiar y privado. Su hijo Froilán mantiene la cercanía visitándola cada vez que está en Madrid.
El piso representa para la infanta un refugio donde mantener el equilibrio entre su vida pública y privada. Le permite alejarse de las polémicas y centrarse en su familia y en su trabajo. La vivienda combina el lujo con la discreción, dos características que ella siempre ha valorado.
Este hogar es un símbolo de la estabilidad que la infanta busca en una ciudad tan bulliciosa como Madrid. Refleja también su voluntad de llevar una vida tranquila, más allá de la imagen pública que se tiene de la familia real. Un espacio personal donde reina la privacidad y el confort.