Cristian Suescun vive en un ático en Madrid que nada tiene que ver con la vivienda a la que su hermana Sofía nos tiene acostumbrados. La relación entre los hermanos ha atravesado un fuerte bache recientemente, lo que ha tenido consecuencias personales. Su entorno más cercano se ha reconfigurado en este contexto, y el hogar de este se ha convertido en un espacio más reservado.
Aunque en su momento compartieron momentos familiares en este hogar, la situación ha cambiado por completo. La distancia entre Cristian y Sofía se ha hecho pública, y esa ruptura también se refleja en sus entornos. El piso de Cristian se ha convertido en un refugio al que solo accede su círculo más íntimo.
Ubicado en las afueras de Madrid, el piso es mucho más humilde que el chalet de Sofía, valorado en más de un millón de euros. Se trata de una vivienda reformada con estancias pequeñas pero bien aprovechadas. La terraza, con vistas a la sierra, es el espacio más destacado del inmueble y el favorito de Cristian.
Así es el interior del ático de Cristian Suescun en Madrid
En el interior, la vivienda mantiene una estética sobria y funcional, sin grandes alardes pero bien resuelta. Cocina, salón y comedor comparten una única estancia diáfana, decorada con muebles sencillos en tonos neutros y líneas limpias. La luz natural cobra protagonismo gracias a los amplios ventanales que conectan el interior con el exterior.
Cristian ha dejado ver algunos rincones a través de sus redes sociales, mostrando un espacio cuidado y con cierto gusto por el detalle. El sofá modular en tono gris claro, flores naturales, libros y velas en una estantería bien organizada construyen un ambiente acogedor. Entre los elementos más personales destaca un cuadro de Audrey Hepburn que le aporta un guiño estético y sentimental.
Un refugio privado: la terraza y la nueva etapa de Cristian Suescun
La terraza ha sido también objeto de atención y mimo por parte del exconcursante de Supervivientes. El suelo está cubierto de césped artificial, y en un lateral ha colocado una mesa de fibras naturales con sillas a juego para las comidas al aire libre. Allí ha compartido momentos con amigos y conocidos, aunque no se ha visto por allí a ningún miembro de su familia en los últimos tiempos.
El hijo de Maite Galdeano ha marcado límites en su entorno personal, y su hogar se ha convertido en un reflejo de esa nueva etapa. Frente al lujo y la exposición de su hermana, él ha apostado por la tranquilidad y la privacidad. Su piso puede ser modesto, pero ahora mismo es su espacio seguro.